De Doha a Toronto: Lecciones a brazada limpia

Y cuando parece que todo transcurrirá de un modo natural, la vida se encarga de rociarle escollos, colocarlo en encrucijadas, como si en el emerger vencedor le fuera el honor.

Fueron primero sus 48.34 segundos plateados en Guadalajara 2011, luego ese séptimo escaño de la final olímpica de Londres 2012 con 48.04, y los 49 flatt de Veracruz, que con la huella del dengue fresca como un mes, se antojan hazaña.

Doha, sede de la XII edición del Mundial de curso corto de natación no fue tierra prometida para el pollo, pese a continuar perfilándose como la principal carta cubana de cara a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. En materia de rendimiento nuevamente aportó la mejor nota del trío de exponentes, completados con el espaldista Armando Barreras (puesto 44 en los 100 espalda gracias a 54.41 segundos, y el 42 en los 50 amparado en 25.04), y la también librista de 17 años Elisbet Gámez (lugar 47 en el hectómetro con 56.61, y 44 en el doble de ese segmento dueña de 2:02.18).

Concentrándonos en Hanser sus 47.59 segundos en el hectómetro, le merecieron anclar decimocuarto entre 162 nadadores inscritos, mientras en la mitad del recorrido si bien rebajó sus 22.18 de inscripción los 22.07 registrados apenas le bastaron para la plaza 35.

Más allá de Hanser y la tensa situación por la que atraviesa la natación cubana desde hace buen tiempo en la justa de Qatar se quebraron una veintena de récords mundiales y la inédita victoria de Brasil, gracias a siete oros, una plata y dos bronces.

En el orden individual exhibieron rendimientos impresionantes del pechista Felipe Branca Silva, el fuera de serie en el estilo libre, César Cielo Fliho, y el aporte de la espaldista Etiene Medeiros (plusmarquista del planeta en los 50 metros con 25.67 segundos). Tal avance hace pensar en un pulso extremo entre auriverdes y estadounidenses en la nación de la hoja de Maple en el contexto multideportivo continental, y bajo los cinco aros en el Gigante Sudamericano.

De hecho en el Scotia Bank de Guadalajara los de las barras y las estrellas reinaron (18-19-9), por delante de los de la tierra de la samba (10-9-6). Sin embargo en Doha escoltaron a los brasileños Hungría (6-3-2), Holanda (5-1-6), Sudáfrica (4-1-0) y España (4-0-0), naciones casi todas propulsadas por un tritón u ondina, como los casos de la húngara Katinka Hosszu, el sudafricano Chad Le Clos y la ibérica Mireia Belmonte. Ellos prácticamente se encargaron de relegar a potencias como Estados Unidos (2-9-6), Australia (1-5-4) y Rusia (1-4-4) a la novena, undécima y duodécima posiciones, respectivamente.

Le Clos arrasó en los 50, 100 y 200 mariposa, con un primado del orbe incluido en el hectómetro (48.44 segundos). También hizo suyos los 200 libres; Belmonte fijó nuevos topes universales en los 400 combinados individual (4:19.86 minutos), y el doble hectómetro mariposa (1:59.61), a los que sumó sus cetros en los 400 y 800 libres.

Parráfo aparte para Hosszu, quien en los cuatro segmentos en los que se impuso, dejó huella de plusmarquista: 55.03 segundos en el hectómetro espalda, 1:59.23 minutos en los 200 del propio estilo, 56.70 segundos en los 100 combinados y 2:01.86 minutos en los 200. Eso no fue todo, pues adicionó a ese performance tres subtítulos y un metal bronceado.

Y no parece ser la natación la única disciplina donde los brasileños se perfilan como sólidos aspirantes a la cima, en su afán de desbancar a las huestes de la Mayor de las Antillas del segundo escaño histórico del medallero que ostenta desde la edición de Cali 1971.

El judo, la gimnasia artística, los deportes colectivos, y el empuje evidenciado en el atletismo, se vislumbran como otros de solidez.

La batalla de tierras Tapatías cerró con saldo de (59-35-41) para los nuestros y (52-40-65) de los brasileños. Mucho ha llovido de entonces a la fecha, y no constituye secreto alguno el impulso que le está dando el gobierno de Brasil al desarrollo del deporte en todos los frentes, con el afán de convertir a la cita de Río de Janeiro en unos Juegos Olímpicos memorables.