El Cordero: mirar la sociedad chilena a través del cine

Mirar la sociedad chilena de la década de 1990 y cuestionar los mecanismos sociales desde el concepto de moralidad, resulta el trasfondo de la película El Cordero, ópera prima del realizador Juan Francisco Olea, que se exhibe por estos días en La Habana.

   
La obra, que deviene retrato de un sector conservador y esencialmente católico identificado básicamente, con la clase media de Chile, está presente en la edición 36 del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, tras recorrer un amplio circuito de eventos cinematográficos en el orbe.

   
Olea expresó hoy en conferencia de prensa que esta producción independiente narra la historia de Domingo, encarnado por el reconocido actor Daniel Muñoz, que aferrado a una excesiva fe comete un homicidio involuntario y se reprime por la falta de culpabilidad con respecto al hecho.

   
Quisimos crear un personaje complejo, con el cual el público creara una empatía, aunque no aprobara ni entendiera su forma de actuar, precisó.

   
Para ello utilizamos algunos elementos cómicos que enganchan al espectador, enfatizó.

   
El título responde a la actitud de Domingo de ser un cordero y al salirse del rebaño con sus actos, intentar todo el tiempo  redimirse y retornar a su lugar de cero culpabilidad, aseguró.

   
Además, el verdadero motivo de la construcción de la historia de Domingo es cuestionar qué es la moral, si es algo aprendido o algo que viene ya con la condición humana, finalizó.

   
Por su parte, Cristóbal Zapata, productor de El Cordeo, significó que las puestas de cámara, la fotografía y las pausas del relato, contribuyeron a crear una distancia fría, que hiciera al público parte del mundo interno del personaje.

   
Asimismo, indicó que actualmente laboran en un nuevo proyecto que se filmará en el norte de Chile, específicamente en el desierto de Atacama, y que narrará una historia de mineros y vicisitudes.