El ashé de la libertad

El ashé de la libertad
Fecha de publicación: 
4 Diciembre 2014
0
Imagen principal: 

La noche anterior se había cantado y bailado, volvió el sonido conspirador de los tambores batá que hace 171 años llamaron al alzamiento contra la esclavitud, ahora en un gesto de gratitud infinita a los ancestros que nos volvieron rebeldes, insurrectos, irreductiblemente libres para siempre.

Ashé es, en la lengua y la filosofía yoruba, poder de transformación y el 5 de noviembre de 1843 un grupo esclavos del ingenio Triunvirato decidieron cambiar para siempre sus vidas y lo hicieron, se levantaron en armas liderados por Carlota, una lucumí que dejó para siempre en el “ajiaco” de la cubanidad  la fe y el coraje de las mujeres de esta isla.

En pleno proceso de restauración, con algunos espacios ya rehabilitados en función de museo, como la casa del mayoral un grupo de practicantes de las religiones afrocubanas en la ciudad de Matanzas se sumaron a la conmemoración que cada año realizan el pueblo y las instituciones del municipio Limonar.

Conmemoración de la Rebelión de Triunvirato

Las comunidades religiosas del Templo Oturadi, en colaboración con Ile Egbé Ogbon Ifa y el Cabildo de Ewado, todas de la ciudad yumurina, propiciaron una ceremonia de homenaje a los “egun”, ancestros, que dejaron su impronta en aquel gesto libertario junto a una ceiba entre cuyas raíces crecieron palmas jimaguas, árboles sagrados para las creencias afrocubanas. Las razones, las comentó Israel durante el acto:

“Vinimos aquí a homenajear a nuestros ancestros, nuestro legado que se traduce en conocimientos, tradición y cultura. A homenajear su espíritu de lucha, su acto heroico, su lucha por la independencia, por la libertad, por los derechos que tienen todos los hombres. Vinimos aquí también especialmente a homenajear a  la mujer cubana, que en las figuras de Carlota, Fermina Lucumí y todas las mujeres que se alzaron en contra de la esclavitud en este lugar cobra un especial significado porque la mujer ha dado y sigue dando muestras de su talento y de su coraje.”

Para Javier Perelló, sacerdote principal de Ilé Egbé Ogbon Ifa se trata de: “un recordatorio de quiénes somos, porque estamos  hablando de nuestro origen, de dónde venimos y una de las formas de uno convertirse en una persona con carácter y en una buena persona es mantener una lealtad a los ancestros, a los antepasados, cuando no los honras estás matando todo tu legado, entonces, si tú no tienes nada que agradecer hacia atrás, no tienes nada que aportar hacia el futuro.”

La Rebelión de Triunvirato, como ha sido recogida en la historia de Cuba aunque involucró además otros ingenios, entre ellos Ácana y Concepción, fue uno de los precedentes más significativo de las luchas por alcanzar y conservar la libertad que hasta hoy vive Cuba, su vigencia es uno de los motivos que llevaron a Javier y sus ahijados hasta el Monumento al Esclavo Rebelde:

“Tiene que ser más estudiado y más difundido no solo el hecho en sí, sino toda la connotación que hay alrededor de él, en ese momento tan temprano de nuestra historia, ya se marca una pauta del intervencionismo norteamericano, porque un tiempo después es recibido en Cuba un documento donde se expresaba la posición de Estados Unidos de apoyar a España en sofocar los levantamientos de los afrocubanos, no se habla de africanos esclavizados, sino de afrocubanos, o sea, que ya aparece la visión de patio trasero, de “no quiero ningún problema en mi traspatio”, el mismo pensamiento contra el que seguimos luchando hoy.”

Tributo religioso a los afroamericanos que se rebelaron en el ingenio TriunviratoSangre que corre por las venas de Cuba…

Con sangre africana, arrancada de su nación, esclavizada, y maltratada en una tierra extraña que hicieron propia a fuerza de mezclarla con su sudor y con la sangre misma, estos hombres y mujeres nos dejaron un cimiento sobre el que construir patria, en nombre de los que olvidan ese legado, el poeta pidió perdón en Triunvirato:

“Hubiéramos preferido no tener el conocimiento que tenemos a que se hubiera sentido en lugares como este el latido horroroso del látigo del mayoral. Hubiéramos preferido no tener la música maravillosa que tenemos de los tambores batá, y que en este lugar no se hubiera sentido el lamento en el cepo, en la escalera o el bocabajo, pero como dice el odu ojuani tanchela: las raíces de Ifa son amargas, pero sus frutos son dulces y como dice baba ejiogbe: hoy estaremos en lágrimas porque mañana estaremos sonriendo, lo profetizado por Ifa a quien comete un error desordenadamente, por eso pedimos perdón por todos los abusos y crímenes que se cometieron en este lugar, los cuales criticamos como también criticamos todas las manifestaciones de discriminación y todos los tipos de racismo…”

Con la bendición de los que fueron, somos

Es un concepto que atraviesa la esencia misma de la filosofía, la religión y la cultura yoruba: agradecer. Mucho se repite a Gullén en esta tierra donde “el que no tiene de congo…”, pero no siempre se mira más allá de la superficie para entender lo que del Congo, del Calabar, de Oyó o Ife tenemos que preservar y defender:

“Desde el punto de vista cultural tiene una importancia tremendísima que las comunidades religiosas se acerquen, conozcan y se den cuenta de que son herederos del origen cultural de la nación, marcado por la religión, pero también del espíritu de lucha de este pueblo. Nuestros tambores son herederos de aquellos tambores que llamaron al alzamiento, es importante que sepamos que ese mensajero de los Orishas, de las divinidades, también lo es del reclamo de libertad, del reclamo de los derechos de los hombres y mujeres, entonces enorgullece ser continuadores de aquellas personas que contribuyeron a condensar el concepto que tenemos hoy de cubanidad”, afirmó el sacerdote de Ifá  e investigador Javier Perelló.

Todos, con ide o sin él, vestidos de blanco, de negro o de rojo, religiosos o no, todos, hermanados aquella mañana en una creencia, la fe inquebrantable en la libertad y en Cuba, agradecimos junto al babalawo y poeta Israel Domínguez:

 “Damos gracias a Carlota y su gente por tanto conocimiento y por tanto ejemplo de lucha y damos también gracias a todas las naciones negras que convirtieron su sangre en caracoles, piedras, semillas, cazuelas y signos. Dijo José Martí “la esclavitud es la mayor pena del mundo”, dice un canto lucumí: yo, ustedes, nosotros, nunca más vamos a ser esclavos, nunca más vamos a ser esclavos, nunca más vamos a ser esclavos…”

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.