Liván López: "Iré por mi primer oro en Veracruz"

Sucede que casi como cuando dirige su atención en un flashazo, buscando un vestigio de indicación de su mentor Julio Mendieta, así he aprendido a leer al luchador Liván López (74 kg del estilo libre).

Y lo entiendo perfectamente, cambio de división, arena plagada de “monstruos” apenas segunda competencia oficial en el año se le antojaban casi una pesadilla en su afán de agenciarse otra medalla, la tercera en el excelso entorno de los colchones.

Nuestra enésima batalla —de palabras más que de suppleys o desbalances—, no transcurrió como es habitual al pie del colchón. Fue en el balcón de la Sala Universal de las FAR, a hurtadillas, casi al término del intercambio entre la delegación que nos representará en los XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz con Miguel Díaz-Canel Bermúdez, primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros.

Desde que regresaron del Mundial no habíamos hablado. Tuvieron un rendimiento excelente, especialmente ahora que está a punto de comprobarse el dopaje del turco Samil Erdogan en la división de 97 kilogramos, la cual de ser positiva, le proporcionaría el bronce a Javier Cortina, para una eficiencia inusitada: Cuatro hombres, cuatro preseas, ¿cómo valoras el certamen?

“Para mí fue la más tensa que haya enfrentado, parecía un novato, tenía un miedo interno enorme, el prearranque y la auto presión de no saber si me encontraba en forma, a tono con el nivel. Fueron seis meses sin entrenar, entre la molestia cervical y el cambio definitivo de peso. Constituía mi segunda competencia en el año, (la primera fue el Festival Panamericano, donde sucumbió por superioridad ante el estadounidense Jordan Burroughs). Así estuve en ese estado hasta que toqué el colchón.

En el caso del japonés Sosuke Takatani (sucumbió en la ronda de 16 por superioridad técnica 2-15), es la segunda vez que me tropiezo con piedras de ese país. Me sucedió en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 con Tatsuhiro Yonemitsu y ahora en el mundial con este, a quien confieso, no le vi las mismas condiciones. Sucede que intenté sacarlo de la zona y se viró para voltearme. Ahí marcó cuatro puntos, luego salí a recortar la diferencia y en una entrada mía se defendió y me aplicó una Media Nelson a la cabeza y el brazo, con otros cuatro puntos a su favor.

Esos dos movimientos hicieron muy grande la diferencia.”

¿Y el resto de tus compañeros? ¿Los evaluarías?

“Yowlys sorprendió a todos, sacó ese monstruo interior de calidad que tenía medio dormido desde la época de sus duelos con Yandro Quintana. La confianza no fue su enemigo adicional esta vez, estuvo rápido, explosivo, técnico, definidor. La única vez que dudó le costó el oro en una categoría que sirve de trampolín durante el ciclo, pues al no ser olímpica muchos luchadores bajan o suben a ella para foguearse.”

Martes 4 de noviembre, Cerro Pelado. Visita 500, trigésimo sexto encuentro con Yowlys Bonne: “No soy supersticioso, pero supongo que ese oro no estaba para mí. El pleito con el azerí Haji Aliyev estuvo parejo, es cierto, fue el más difícil de mis cinco batallas, pero por un momento me confié. Intenté aliarme con el tiempo y cuando fui a buscar una técnica para igualar las acciones o aventajarlo, finalizó la pelea. No es lo mismo una plata o un oro —considera que el iraní Masoud Esmaeilpour era mucho más accesible—, que un bronce. A partir del año próximo cerraré el ciclo en los 57. Veremos que pasa en esa categoría. Por ahora muy buena experiencia en mi primer Mundial.”

De vuelta a Liván: “Cortina llegó muy bien preparado, es un luchador bien fuerte, que no había transitado en la autopista de los luchadores europeos y asiáticos. Esa confianza que da el volumen de combates, el kilometraje, no la posee aún. Técnicamente se le vio sólido, pero pesaba mucho la presión, en su psiquis de principiante.

“El Gimnasta, (Reinieri Salas) es un fuera de serie. Pese a saber de la calidad del ruso Abdulrashid Sadulaev —doble as universal juvenil y titular europeo—, nadie pensó que la final fuese a concluir por superioridad técnica. Hasta ese momento Reinieri había controlado todas sus batallas. Tiene todo técnicamente, una capacidad de reacción y rapidez para defender y contraatacar endemoniada, ya te digo… un fuera de serie.

¿Y Mijaín?

“Mijaín es de otra galaxia. No he conocido un luchador que estudie y conozca mejor a los adversarios una vez enfrentados que él. ¿Viste como el ruso Bilyal Makhov —hueso duro de enorme calidad y otrora librista— le hizo un combate de intensidad total y muy cerrado? Te aseguro que en el próximo Mundial Mijaín le hace seis puntos o más. Tenerlo en el equipo siempre es un estímulo importante, un respaldo de mucha valía.”

El mundial es agua pasada, Veracruz el presente. ¿Cómo lo proyectas?

“Los Centroamericanos constituyen un certamen menos exigente, no por esa razón debemos confiarnos. Cuba es la principal potencia de la lucha en América y como tal los cinco gladiadores que iremos — además de Liván acudirán a Veracruz Alejandro Valdés (65 kg), Eduardo Mesa (125) y los ya mencionados Reinieri Salas (86) y Javier Cortina (97) —, tenemos la presea de oro como el principal objetivo trazado.

Esta última etapa la variación de las cargas ha sido casi diaria, mucho más a tono con la intención de mantener la forma deportiva y el corto periodo de tiempo entre el Mundial y los Juegos Centroamericanos.”

Liván, una vez más airoso, profundo en sus análisis, inmune a sus miedos, capaz de reconocer virtudes y deslices, piedra angular del equipo de lucha libre que buscará barrer en el World Trade Center de Boca del Río en suelo veracruzano. Yo muy orgulloso del balance mundialista de 17-5 exhibido por cuatro gladiadores en la arena de Tashkent. La fe y su calidad probada me llevan a vaticinar al menos tres cetros en territorio azteca… Tiempo de esperar, a mí que me desespera.