Cada vez es más común escuchar a un niño pedir de regalo un teléfono celular, un Tablet o un PlayStation. “Los niños de hoy saben mucho”, dice la gente por ahí. Y sí que saben, parece que con el paso del tiempo los genes evolucionan de forma oculta y misteriosa y los pequeños nacen hoy sabiéndolo todo.
Esta podría ser una teoría bastante superficial; imagino que lo que ocurre realmente es que las fronteras entre mayores e infantes casi no existen y las hemos borrado nosotros mismos, los adultos.
El rápido aprendizaje que creemos que ellos experimentan no precisamente se corresponde con la atención que nosotros les prestamos ni el nivel de instrucción que reciban. Más bien, con la vorágine de nuestra época los hemos involucrado, a veces sin darnos cuenta, en nuestros asuntos y no advertimos el daño que les provocamos al quemar parte de su niñez.
Esas frases o gestos que nos sorprenden de nuestros hijos y que no sabemos de donde salieron no suceden por arte de magia. Ellos imitan y repiten lo que los padres hacen o dicen.
Al menos en Cuba, que es el país en que vivo, he observado que los niños, incluso los que aún no van a la escuela ven la telenovela, piden dinero para ir al Ditú o al CUPET de la esquina, conocen la diferencia entre el CUC y la MN, hablan de la tía o el primo que se fue del país y les manda tal o mas cual cosa… hasta la ropa que usan parece copia del vestuario de sus padres.
En mi época lo más caro que se pedía en los cumpleaños era una bicicleta o un velocípedo. Casi siempre queríamos muñecas, camioncitos, cocinitas… pero hoy no. Para los niños no existen ya los trompos, los yoyos o el falso estetoscopio con que fingíamos ser doctores. Hoy los entretenimientos infantiles pertenecen a la era electrónica.
Recuerdo que en mi infancia mi mente solo estaba ocupada por jugar (a los escondidos, al cuatro esquinas, a las muñecas… y otros juegos que hoy parecen extinguidos); cuidar mi uniforme para el día siguiente y leer, me encantaba leer, incluso más que cualquier otra cosa. Soy de las románticas que a pesar de no tener mucho tiempo disponible actualmente, sigo yendo a las librerías y disfruto la ilusión de comprar y conservar para mis futuros hijos libros que yo tuve y otros nuevos.
No quiero ser absoluta, pero creo que actualmente esta forma de vida no es muy común entre nosotros. Los niños hoy no se quieren separar del televisor porque los mismos progenitores los acostumbraron a eso. Es más fácil sentarlos en un sofá y ponerles algún video para ganar tiempo en las labores domésticas. Y hasta entiendo que los padres y madres se acomoden a este método neutralizador que es la TV, porque realmente nuestra vida moderna no nos deja tiempo para mucho más.
Incluso, los adultos en ocasiones, preferimos comunicarnos por emails o mensajes de texto antes que llamar por teléfono o hablar personalmente. Los niños perciben todo eso, ellos no están ausentes a nuestros hábitos, ellos son una réplica de nuestro comportamiento.
Aunque nos cueste más trabajo, aunque nos quede menos tiempo libre, aunque estemos cansados, hay que recuperar los momentos de dedicación a los benjamines en el parque o en la playa, en el cine o el teatro, en las labores domésticas, en fin, cualquier lugar puede ser oportuno siempre y cuando el centro de atención esté en ese pequeño, a quien debemos amor.
El amor se entrega de muchas formas, hay que buscar siempre cosas nuevas, pero incluso para los menos creativos, hay millones de posibilidades, basta con conversar, reírnos, caminar, jugar a lo que jugaban los padres… no podemos ahogar a los niños con nuestros propios vicios.
No digo que los videojuegos o las nuevas tecnologías deban ser desterradas de nuestras vidas, pero tampoco pueden ser el centro de las vidas de ellos. No puede ser que la autoestima de un niño dependa de tener una computadora moderna o un iPod, porque otros amiguitos lo tienen.
En mi época sacábamos buenas notas sin tener Internet ni Wikipedia. Mis padres nunca me hicieron un trabajo práctico. Los redactaba yo misma a lápiz con la información que encontraba en las bibliotecas.
Hoy día las tareas que ordenan en las escuelas son más complejas de lo que los estudiantes pueden hacer por sí mismos, porque además, las bibliotecas municipales casi ni existen y los padres se ven obligados a copiar y pegar de lo que encuentren en Internet, intranet (navegación por páginas cubanas), Ecured (enciclopedia cubana) para que los niños salgan bien. Claro, ya este tema de la educación en las escuelas demanda otro artículo, así que continuaremos próximamente.
Mis maestros, mis libros y especialmente mis padres fueron siempre la mayor inspiración para mí, para soñar, para aprender, para decidir qué hacer con mi vida. Me gustaría que mis hijos aprendieran y descubrieran en los libros lo que me hizo fantasear a mí alguna vez. Me encantaría que ellos tuvieran la infancia que yo tuve para que, cuando sean grandes y estén llenos de las preocupaciones que nos abruman a los mayores, puedan recordar lo felices que fueron siendo niños.
Comentarios
saludos
Soy cubano, los europeos no saben lo que una timba de pelota, la pua, los escondidos, mataperrear, tirar huevos....el 90% vive encerrado en casa, viendo la tv o ANIMAX, jugando en el pc, en fin comiendo mierda.
Tengo 2 hijas, al frente de la cas un charco de agua lindisimo, lleno de fango, en verano de lo mas rico...y mientras mis hijas se meten a jugar en el fango, se toman hasta el agua sucia, no se enferman ni se la pasan sentada en la tv estan mas saludables, psicologica y fisicamente que los demas nenes de su edad.
Cada fin de semana a cojer el sol ( sino hacen -20 grados y una tonelada de nieve) montar a caballo, comer algo, o simplemente jugar en el patio como los locos o montar carriola por la calle.....
Que me digan loco, ellas estan mas felices que muchos detras de un PC.
pero tambien es cierto que actualmente siguen existinedo las bicicletas, las pelotas de futbol o basket (igual todo eso sigue siendo caro para nosotros), los trompos y por supuesto los libros, y aun asi los niños prefieren los aparatos electronicos de la supermodernidad....
creo que lo que la periodista quiere remarcar es que en la era digital en que vivimos y en la que resolvemos tantos problemas gracias a la tecnologia, esta tambien se vuelve en contra nuestra, porque aprovechar las ventajas de la computadora o el movil no tiene que ver con el tiempo que le dedicamos a nuestros hijos...
lo importante es que los niños mientras sean niños reciban el apoyo y la orientacion de sus padres, ya sea para jugar atari juntos, para leer un cuento o para empinar un papalote...
lo que no puede suceder es que la tecnologia nos absorba, hay que sacar de ella el provecho necesario para cada cual
Me parece que se hace URGENTE la necesidad de vincular las escuelas primarias y secundarias a las bibliotecas de manera cotidiana y como parte de los programas de estudio de las asignaturas de historia, lectura, literatura, ciencias naturales etc. Hay que aunar esfuerzos por inducir a los niños en la pasión por los libros y los tesoros que estos guardan. Los maestros tienen que ser más exigentes en que los trabajos que orientan vengan con una huella de que hubo búsqueda bibliográfica; que estos no muestren la estructura del corta pega porque esto lo arrastrarán a todos los niveles de enseñanza y nada aportará a su desarrollo cognitivo y menos en su sed del saber.
Ahora mismo que tanto se habla de la oragnización urbanística hay que de manera acelerada crear espacios para niños y adolecentes que aabrquen juegos didácticos, talleres, salas de lecturas, actuaciones de títeres, proyección de filmes educativos y documentales históricos con temática cubana y un espacio de ocio con parque de diversiones, vaya un todo incluído que en dependencia al día de la semana y el horario de vida de un niño de esas edades contribuya a su formación integral y sobre todo encuentren una manera SANA de recreación con orientación especializada. Estos espacios pueden ser también propicios para impartir cículos de interés de pintura, baile, escultura, corte y costura, bordado, peluquería, pintura, bibliotecología , papel maché que tanto ustta a los niños; en fin una casa de niños y para niños cubanos en cada Consejo Popular. Creo y estoy segura que contamos con personal especializado que puede prestar su servicio en este tipo de espacio comunitario y sería también una manera de vincular a los padres a estos espacios y que de manera voluntaria aporten desde sus saberes. Pudieran servir para dar charlas con temas de salud, maternidad en la adolecencia, riesgos de contraer enfermedaes y métodos de protección par evitar enfermedades en los adolecentes. Hábitos de higiene como manera preventiva ahora que enfremtamos tantas enfermedades virales ; en fin que con pocos recursos y mucha voluntad esto de a poco se podría convertir en algo de tamaño gigante en cuanto a lo que aportaría a estas generaciones que a veces por falta de orientación y espacio sobre todo en la capital después son los que vemos vinculados a la prostitución, la delincuencia juvenil etc; pudiendo haber hecho en su niñéz tanto por evitar cosas como estos finales.