Julio Bocca desea unión latinoamericana entre compañías y teatros

Julio Bocca desea unión latinoamericana entre compañías y teatros
Fecha de publicación: 
1 Noviembre 2014
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La idea no es tan fácil de llevar adelante como me parecía hace cuatro años pero estamos dando los pasos posibles en la actualidad, aseguró a la prensa cubana el artista que viajó a esta capital para rendir homenaje al padre de la escuela cubana de ballet, Fernando Alonso.

 

El director del Ballet Nacional Sodre, de Uruguay, intenta situar a esta compañía en un puesto de altura en el continente desde su ascenso a la dirección en junio de 2010, por nombramiento del presidente del gobierno, José Mujica.

 

La designación tras su retiro escénico le cambió la vida, le permitió emprender una nueva carrera y disfrutar de placeres como la tranquilidad hogareña.

 

Por primera vez vivo en un país un año entero, porque antes me pasaba la vida viajando el mundo para actuar en numerosas galas y festivales, tenía muchas invitaciones y ahora disfruto estar en casa, tomarme un vinito tinto y ver el atardecer frente al río, confesó.

 

Sin embargo, en próximas semanas no estará tan quieto pues recibirá un reconocimiento en Estados Unidos, concedido por el Ballet de Washington, y asistirá a una reunión con las compañías municipales de Río de Janeiro, Brasil; Chile y el Teatro Colón de Buenos Aires, Argentina.

 

Bocca tiene la esperanza de implementar una colaboración y que otras compañías se integren al proyecto en el futuro.

 

El Ballet Nacional Sodre, de Uruguay, cumplirá 80 años de fundado en 2015 y para celebrarlo bailará sus versiones de Coppelia, Giselle, un programa mixto de piezas contemporáneas y clásicas, algún estreno coreográfico y una gala especial con artistas invitados el 24 de noviembre, día del nacimiento.

 

Para cerrar ese año, la compañía interpretará por primera vez el Romeo y Julieta coreografiado por Kenneth MacMillan y espera en 2016 montar otro clásico del siglo XX como Oneguin de John Cranko.

 

El director pretende mantener la línea clásica del conjunto pero al mismo tiempo cultivar una buena base contemporánea porque el artista de hoy debe ser completo, saber desenvolverse en todos los estilos con similar excelencia, comentó.

 

Como bailarín, fue un torbellino en escena, grandes saltos, numerosos giros y una pasión que delataba su sangre latina pero a Bocca le preocupa el arte, no solo la técnica, por eso procura que sus bailarines reciban clases de teatro a fin de crear un personaje coherente y mantenerlo durante toda una obra.

 

Tiene que haber algo más que simplemente una técnica, debe producirse un sentimiento aunque el bailarín solo camine sobre el escenario, aseveró.

 

Esto lograron las primeras figuras de su compañía María Riccetto y Ciro Tamayo en las dos presentaciones ofrecidas en el Teatro Mella de la capital el pasado 29 y 30 de octubre, durante el 24 Festival Internacional de Ballet de La Habana.

 

Riccetto y Tamayo volverán a bailar esta noche el dúo La tempestad, del coreógrafo argentino Mauricio Wainrot, en el Teatro Nacional.

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