Ernesto Rancaño, luces para el dolor ajeno

El artista comparte con su público la muestra Bitácora inconclusa en la segunda planta de la firma inglesa Lloyd´s Register.

La muestra no está en un sitio expositivo convencional ¿cómo surgió este proyecto?

“El gerente cubano y su esposa, Otto y Nora, hace como cinco años prepararon ese espacio para ayudar a promover artistas, poner sus recursos para promover el arte cubano. Me lo habían pedido hace tiempo y esta fue la oportunidad, ahora tenía algunas piezas y les dije que sí y lo hice…”

La mayoría de las piezas están trabajadas con luz…

“Las últimas exposiciones que he hecho, tanto en Cuba como fuera, ya han sido con el trabajo de la luz que es un mundo nuevo que he descubierto y después que lo experimenté me cuesta mucho trabajo coger el color, porque la vida que toman las piezas, el dramatismo que uno les puede dar es diferente. Aquí había expuesto poco de eso y hace un año en Villa Manuela aproveché y casi todo fue instalativo así, con cosas de luz, pero la exposición completa no la he podido hacer. Yo quería que fuera la muestra completa con todo el trabajo este de las luces, pero no me dio tiempo a terminar dos piezas y tuve que insertar dos dibujos…”

¿Al dibujo no has renunciado?

“El dibujo sí lo sigo haciendo, sí me da placer todavía hacerlo, me gusta, lo disfruto…”

Hace algunos años te mantienes con el blanco y negro ¿por qué?

“Yo con lo que es la pintura, el color… llegó un momento que me aburrí, como que no encontraba retos, me vi como estancado, como que no generaba nada nuevo, entonces decidí dejar el color y el único que estoy usando es el rojo. En esta exposición incorporé el azul, pero con la luz. De momento me siento bien con el blanco y negro, con el color no encuentro ya nada nuevo…”

¿Entonces ya no veremos más pintura de Rancaño?

“Hace poco, cuando Leal me pidió el paraninfo del aula magna de San Gerónimo yo le presenté un proyecto que era más instalativo y el me dijo que no, que a la vieja usanza y por Eusebio Leal lo hice, por el agradecimiento que le tengo se lo hice de esa manera y casi tuve que aprender a pintar de nuevo… de hecho comencé a filmar, a recoger las memorias para hacer un documental con eso que se llama La última pintura, porque creo que no voy a pintar más…

“No quiero ser absoluto, porque de momento encuentro otra manera de hacer las cosas, quién sabe en el futuro, pero por ahora no quiero y de hecho el documental se llama con toda intención “La última pintura” para que la gente no me siga pidiendo pintura, porque todavía siguen llegando personas a pedirme “lo viejo” y hay gente que me lo critica, pero yo lo veo como una evolución, o sea, tú vas cambiando en la vida y vas teniendo otros intereses…

“El blanco y negro me ayuda también a reflejar la pena ajena, porque no son mis penas, son las penas ajenas, es esa sensibilidad con la pena ajena y es más dramático el blanco y negro, así que sí me ayuda también en ese sentido el que no sean cromáticas las piezas, me parece que la tristeza no tiene color…”

Bitácora inconclusa parece evocar un momento inacabado en la vida, pero de ese  título ¿podríamos inferir también que la propia colección tendrá una continuidad?

"Es exactamente así… estoy tocando la pena ajena, así yo le llamo, pero sí, fíjate que yo estructuré la exposición de dos maneras, el aire, que son dos piezas, la que tiene la vela y “La sanación” que tiene los zunzunes, eso me dio el aire. El agua con “Sombras del ayer  (Sin mí)” y “Ciudad remota” y la tierra con la de los prismáticos, que es el avistamiento y “Te extraño”. La última es el viaje con Bitácora inconclusa que es el viaje que continúa, porque yo la exposición la veo al revés, de adentro hacia afuera…”

¿Tienes algún proyecto concreto para darle continuidad a este trabajo?

"Hay un proyecto que voy a exponer en el 2015 en el Centro Tomás Valiente de Fuenlabrada en España junto con un artista español  que a mí me gusta mucho, Chema Madoz, un fotógrafo consagrado. Chema fabrica objetos y después expone las fotografías, entonces yo voy a exponer objetos, entre ellos varias  de las piezas que están ahí como “Ciudad remota”, “Sombras del ayer”, algunas que están aquí en el taller, otras que ya expuse como “La carta que nunca te escribí” y lo convencí, cuando se hizo la curaduría, no solo yo, lo convenció también el curador del Centro que se llama Juan Carlos Moya, de que él expusiera un objeto y yo terminaba la mía con una fotografía , para enlazarlas y en ese sentido va a tener una continuidad de seguir realizando estas cosas."

¿Algo más?

"Ahora el 18 de septiembre se inaugura lo de Elemental, que es en Madrid igual, en una galería, Odalys se llama, es un evento que ellos hacen cuatro al año con ese título Elemental y a cada uno le ponen un tema diferente y hacen una curaduría internacional, o sea, de varios artistas de varios países, en este caso va a estar una coreana, un japonés, una inglesa, un griego y dos cubanos, Mabel Poblet y yo. Después tenemos, en septiembre igual, la feria de arte de Summa en Madrid...

"Luego prepararme para lo del 2015 que para mí es muy importante porque Chema Madoz es uno de mis referentes actuales, es de los artistas que más me atraen, que más me motivan, que más respeto su obra ahora mismo y fue una sorpresa, un sueño cumplido poder exponer con alguien que yo admiro tanto, es un premio que me dio la vida."

¿Cómo definirías las motivaciones o temas de esta nueva etapa en tu creación?

"Como los abrazos prohibidos, a mí todo lo que me lo resume es el mismo título, siguen siendo abrazos prohibidos… sigo reflejando, como escribí antes, el abrazo más grande del mundo que es el de la pena ajena que se vuelve propia…"