Pintor de EE.UU.: “En mi alma soy cubano”
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Nació y vive en los Estados Unidos, pero lleva una islita en el corazón y dedica buena parte de sus asombrosas energías a entregarle lo mejor que tiene: el arte. Ben Jones es un creador consciente de su origen, comprometido con su tiempo y auténtico como solo resulta posible bajo esas premisas.
Llegué al Museo Nacional de Bellas Artes para conocer a uno de los más destacados artistas afronorteamericanos y me encontré a este hombre sencillo, que pausadamente y con una modestia extraordinaria habló en español más de los otros que de sí mismo.
Esta visita a Cuba fue para inaugurar una muestra colectiva en la que participan nueve de sus colegas afroamericanos que cultivan la abstracción:
“Por muchos años yo he tenido la idea de traer una exposición de artistas afroamericanos que tienen una gran carrera en Estados Unidos y en el mundo y quise que fueran artistas que están trabajando en la forma abstracción, no creo que en el pasado el Museo de Bellas Artes haya tenido una muestra como esta, la exposición es pequeña, pero es muy histórica porque es la primera vez… Además, el abstracto es un idioma universal, es color, es textura, es composición, imágenes, es como cuando tú estás escuchando música que no tiene un tema, es universal.”
Jones vive el arte también como un vehículo para compartir y multiplicar las ideas y propósitos del hombre del rvolucionario que es y por eso viajó solo: “Hay muchas personas en Estados Unidos que quieren visitar Cuba, entonces yo tenía más de cien de personas de todos los Estados Unidos que querían venir conmigo por la exposición, de Nueva York, Chicago, Los Ángeles, Washington, diversas ciudades de los Estados Unidos, la mayoría son directores de museos, curadores, coleccionistas, profesores de arte, críticos de arte, artistas de la plástica… También vinieron con nosotros dos músicos de jazz, y ellos hicieron un concierto con jazzistas cubanos.”
Ben Jones viaja a Cuba más de una vez cada año y aprecia de esta tierra mucho más que su arte: “Yo estoy muy a favor de la Revolución cubana, apoyo a la Revolución cubana, mucha de la gente que vino conmigo tiene mucho interés en Cuba, en su pueblo, en su cultura…”
De hecho, trabaja para fortalecer una relación que considera imprescindible: “pienso que es muy importante el intercambio entre el pueblo de Estados Unidos y el de Cuba, como te decía, en mi país hay muchísima gente que quiere conocer Cuba, pero las leyes de los Estados Unidos no les permiten a todos los americanos visitar Cuba, entonces las personas que trabajan en instituciones culturales, museos de arte, universidades tienen la posibilidad de venir, pero solamente por estas actividades, pero yo estoy tratando por todos los americanos, pues cuando yo le digo a la gente “me voy a República Dominicana”, me dicen “oh, tenga buen viaje”, si digo “me voy a Puerto Rico”, me dicen “tenga buen viaje”, pero cuando digo “me voy a Cuba”, la gente enseguida me pregunta “¿cómo es posible para mí ir contigo, porque yo quiero ir a Cuba? Y yo pienso que es porque la cultura cubana es muy fuerte, cuando los músicos cubanos, pintores cubanos, artistas cubanos visitan Estados Unidos todo el público tiene mucho interés hacia ellos.”
La apuesta, además, es por un intercambio de doble sentido: “en estos momentos nosotros estamos organizando para invitar a artistas que trabajan el tema afrocubano a Estados Unidos, a las galerías, universidades y diferentes instituciones culturales para exponer su obra allá.”
Jones se cuenta con satisfacción los resultados de esta visita, cuyo programa fue dinámico y provechoso: “Nosotros tuvimos muchas actividades con mi grupo, fuimos al Conjunto Folclórico, a la Casa de África, a la Sociedad Cultural Yoruba y todos aprendieron mucho de la cultura afrocubana aquí. Visitamos museos, galerías, talleres de artistas, estuvimos con el cineasta Rigoberto López, que él tiene un lugar para mostrar sus películas sobre la cultura afrocubana. Es posible para mí decir que todo, todo mi grupo quiere regresar, muchas personas de mi grupo quieren organizar sus propios grupos para regresar, ellos encontraron muchos artistas, muchos cubanos encantadores, hicieron amistades y están organizando grupos para regresar.”
Visitaron además el Instituto Superior de Arte, la Academia de San Alejandro, escuelas de distintos niveles de enseñanza, un centro experimental de arte, la casa de la Belkys Ayon, entre otros: “Vinimos por diez días, pero hace falta por lo menos un mes, porque hay mucho que ver. La Habana no parece como Nueva York, pero es similar en que hay mucha energía en esta ciudad, mucha cultura, como en Nueva York”
Temas y palabras a los que muchos le rehúyen, regresan una y otra vez en la conversación de este artista sincero y virtuoso que con más de 70 años no para de trabajar: “Soy socialista en mi pensamiento, entonces es muy fácil para mí tener una relación con Cuba, porque comparto sus ideas, el hecho de que la educación es gratis, la salud es gratis, en mi país no suceden ese tipo de cosas, en mi país muchos no pueden ir al médico porque no tienen dinero, hay algunos programas para los pobres, pero no es suficiente.
“Yo he venido a Cuba 63 veces y tengo mucha influencia de la cultura cubana, de la Revolución cubana en mi arte, he tenido cuatro exposiciones en Cuba y en el futuro tendré otras. Siempre yo le digo a la gente soy cubano, en mi alma soy cubano, en el pasado yo decía me voy a Cuba, pero ahora yo digo me voy a mi país, Cuba es mi país.”
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