Washington: Lujoso desnudo del complot hacia Cuba
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De acuerdo al estudio, esa otra maquinación fue conducida por su titulada Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID).
Esta ha sido expulsada de varios países en los que descubrieron sus actividades al servicio de la CIA.
Un artículo aparecido este lunes en el Nuevo Herald afirmó también que Washington los envió a la isla con la intención de provocar cambios políticos en esta.
AP subrayó que se trata de un nuevo programa clandestino en manos de la USAID que formalmente aborda asuntos de salud.
La agencia noticiosa estadounidense revela que esos jóvenes fueron trasladados “secretamente” a La Habana.
Los viajeros se movieron por toda Cuba, “en busca de personas que pudieran transformarse en potenciales activistas políticos”.
En una ocasión montaron un supuesto taller para prevenir el VIH (sida) que memorandos secretos citados por AP valoraron como “excusa perfecta” para su misión en la isla.
Observadores llegaron a opinar que la USAID colocó a esos jóvenes en peligro, sobre todo luego que capturaron en La Habana a otro hombre de la USAID, Alan Gross.
Este último en 2009 trató de montar un programa subversivo bajo el desmentido pretexto de fortalecer nexos informativos de la comunidad judía local.
No lejano en fecha, recordó AP, octubre de aquel año, un proyecto de la misma (USAID) envió a jóvenes latinoamericanos a Cuba, “con la esperanza de poner en marcha una rebelión”.
Según la misma fuente periodística, autoridades cubanas preguntaron quién financiaba la pesquisa de los viajeros.
Y estos últimos, agregó, casi arruinan la tarea encomendada de “identificar actores de un potencial cambio social”.
Por ejemplo, uno de ellos declaró haber participado en un seminario de 30 minutos sobre cómo evadir a la inteligencia cubana.
Associated Press informó que fueron casi doce los latinoamericanos que sirvieron en el citado programa de la USAID contra Cuba “por cinco dólares 41 centavos la hora”.
Esta nueva intriga salta a la luz cuando todavía el gobierno estadounidense afronta molestas preguntas alrededor del famoso Twitter cubano.
Con el nombre de ZunZuneo, su más célebre identificación, también lo lanzaron a rodar desde 2009 y la AP lo divulgó en abril último.
¿Qué hizo? Estableció en la isla una red de medios sociales que se extendió hasta septiembre de 2012.
La propaganda estadounidense, con tono colonial, manifestó que solo deseaban incrementar el flujo informativo en la isla.
Pero, en el transcurso de su minuciosa exploración, la AP tropezó con su esencia política.
Observadores aclararon que muchos de los suscriptos al servicio “no sabían que lo pagaba el gobierno de Estados Unidos”.
La AP hizo algunas preguntas por escrito a la USAID.
Respuestas, entre otras ideas: esa agencia oficial y Obama “están comprometidos en el apoyo al pueblo cubano para que determine libremente su futuro”.
“USAID trabaja con grupos independientes de la juventud en Cuba en proyectos de servicio comunitario, salud pública, las artes…”
Y a continuación esa respuesta aclara que ello tiene lugar en sintonía con sus “programas de democracia a nivel mundial”.
El Nuevo Herald comentó este martes que ZunZuneo y los programas de viajeros eran parte de un esfuerzo multimillonario enfilado a “fomentar el cambio en países volátiles políticamente”.
Sin embargo falló esa apreciación en algunos de ellos y entonces decidieron refugiarse en una agencia más conocida por su “ayuda” internacional que por sus lazos con la CIA.
Especialistas anotan que el programa de viajeros fue creado a inicios de la administración Obama, cuando este habló de “un nuevo comienzo” con Cuba.
A estas alturas de las relaciones bilaterales entre Washington y La Habana se desprende una pregunta:
¿Son esta sucesión de madejas conspirativas expresión de victoria o de frustración de Estados Unidos?
Desde que a continuación del primero de enero de 1959 la Casa Blanca decidió asesinar a la Revolución cubana, solo ha faltado su invasión directa para ejecutarlo.
En fecha ya lejana como el 17 de marzo de 1960, el entonces presidente Dwight Eisenhower firmó el Programa de Acciones Encubiertas contra Cuba y ordenó a la CIA su realización.
Recomendó entonces que sus manos no aparecieran mezcladas en ese abanico de acciones subversivas.
Y así trataron de actuar hasta que en 1992 y 1996 su Congreso y su Gobierno transformaron en política de Estado la agresividad contra La Habana.
Dos casos muy significativos podrían resumir el balance de lo sucedido hasta el presente.
La CIA fue expulsada de la actual capital de Alemania luego de ser descubierta haciendo espionaje allí.
O sea, a un integrante sumamente destacado de la OTAN y líder de los aliados europeos de Estados Unidos, hace poco incluso denominado su “locomotora”.
Casi al mismo tiempo, Cuba por primera vez fue invitada a tomar parte en la próxima Cumbre de Las Américas.
El hecho había sido frenado por el gobierno estadounidense, pero ahora estará presente en la Séptima, abril de 2015 en Panamá.
Antes presidió la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que agrupa a 33 naciones de la región.
Entonces, ¿por qué el sostenido complot de la USAID y demás instrumentos de Washington contra Cuba?
El desespero, indican hace mucho los abuelos, es mal consejero, y allá no deben olvidarlo.
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