Amy Winehouse, la última diva del soul

Amy Winehouse, la última diva del soul
Fecha de publicación: 
27 Diciembre 2011
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Demasiado pronto, demasiado intensa. El paso de Amy Winehouse por el mundo de la música duró apenas un suspiro, y sin embargo, el poco tiempo que tuvo lo utilizó para revitalizar géneros que se consideraba fuera de las estaciones comerciales y que no lograban llamar la atención de audiencias jóvenes: El soul y el jazz.

Lejos de ser el estereotipo de una estrella comercial, Winehouse era una mujer cuya vida transitó en un sendero de altos contrastes. Era público su gusto por las fiestas y el exceso, pero se consideraba

muy tímida y se apenaba cuando tenía que hablar en público; con su voz podía enamorar a audiencias gigantescas, pero estuvo condenada a una relación que la devastó por años e incluso la hizo estar con

un pie en la cárcel. Quizá lo único que unía a sus detractores y fanáticos era el reconocimiento a una voz impresionante, que lograba arrancarle a las canciones los matices más potentes y desgarradores,

convirtiendo cada uno de sus temas en clásicos instantáneos a nivel radial.

El 23 de julio su voz se apagó en Inglaterra, justo durante una nueva crisis que la llevó a cancelar semanas antes una gira por Europa. A los 27 años murió una de las figuras más prometedoras de la música, pero a cambio nació una leyenda que sigue fascinando a especialistas, críticos y melómanos.

Perfección y fragilidad

“Yo me considero mi crítica más grande”, declaró Amy al diario inglés Telegraph en lo que sería una de las últimas entrevistas que concedió a un periódico, en mayo de 2011. En ese momento se encontraba en el estudio de grabación para participar en el álbum de duetos de Tony Bennett, una de las grandes leyendas de la música estadounidense en un proyecto del que declaró sentirse sumamente emocionada.

La cabellera alborotada y el maquillaje exagerado la acompañaban incluso en ese tipo de días, donde sólo tenía que entrar al estudio a grabar. Winehouse era un personaje idéntico en público como en privado. “Siempre que estoy en un estudio me exijo a dar lo mejor, a poner todo lo que tengo en mente en la canción. Si no lo hiciera, no sería una mujer feliz”, afirmó esa tarde.

Los premios, los conciertos, las giras y el dinero jamás cambiaron la naturaleza de la cantante inglesa, lo que hizo que el escrutinio público se convirtiera lentamente en una pesadilla con la que debía lidiar, muy a su pesar. “Yo no soy una artista natural, soy una cantante y en realidad soy muy tímida”, llegó a confesar en esa entrevista, reconociendo que el único lugar donde se sentía completamente cómoda era sobre el escenario. Era allí donde se transformaba en una deslumbrante diva, cuyos movimientos hipnóticos parecían ser parte de canciones como Rehab y Wake up alone. “Me hubiera gustado tocar más instrumentos —señaló en alguna ocasión— porque eso te convierte en mejor cantante”.

Pero lo que fue su paraíso personal fue también testigo del derrumbe hacia el final de su vida. El 18 de junio ofreció un concierto en Belgrado (Serbia) que la prensa calificó como “desastroso”. La cantante protagonizó un show errático, donde caminaba sobre el escenario de forma titubeante y olvidaba las canciones, la ciudad donde estaba y el nombre de su banda.

Agobiada por sus adicciones (recién había dejado las drogas, pero en ese momento se encontraba luchando contra el alcohol), Amy regresó a Inglaterra para luchar contra sus demonios internos.

Encerrada en su departamento de Londres, una intoxicación alcohol apagó su vida a los 27 años, lo que fue el final para una vida demasiado intensa y que se apagó demasiado pronto.

Comentarios

Estaba en el club nocturno Turf, plenas vacaciones, todos felices, cuando una amiga británica nos comenta la noticia, todos se conmovieron y a las doce de la noche se apagaron las máquinas, pararon la música para otorgar un minuto de silencio. Gracias, Turf.
Para disfrutar de la juventud, uno no tiene por qué entregarse a las adicciones. Muchos de mis amigos sufren la muerte de Amy y hasta yo que no soy seguidor suyo me siento dolido porque soy seguidor de la música jazz y el soul entre otros géneros y reconozco que Amy sabía hacer bien esta música. Díganle NO a las adicciones(droga, alcohol, tabaco) y vivamos para contarlo.

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