Arturo O'Farrill: no hay más estrellas que la música

Arturo O'Farrill: no hay más estrellas que la música
Fecha de publicación: 
15 Diciembre 2011
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Hace poco escuché al músico cubano Pablo Menéndez dar una definición muy peculiar del Jazz, que si bien puede parecer utópica, no deja de ser muy realista. Él decía que el jazz como género era la versión simplificada de lo que podría ser un mundo mejor porque su estructura musical era análoga a la democracia en una sociedad donde cada miembro tenía su oportunidad de expresarse y además, lograban algo todos juntos.

 

Debe ser por esa visión tan equilibrada de la vida y el arte que nuestro jazz es tan bueno. Y no lo digo yo, lo dice cualquiera que va a un concierto de músicos cubanos en cualquier parte del mundo.

 

Uno de los grandes defensores en el mundo del jazz cubano y de esta ideología «jazzidemocrática» es el pianista Arturo O'Farrill, hijo del gran músico cubano Chico O'Farrill (1921-2001), quien vino desde New York a Cuba, invitado al 27 Festival Internacional Jazz Plaza. Con él conversamos.

 

-¿Cómo se siente volver a Cuba?


-Hay tanto amor aquí… Me da mucho orgullo estar aquí rodeado de tanto cariño, me hace sentir humilde. Aquí no se puede tener ego. Cuando me voy, extraño el tiempo que he pasado en Cuba porque todo el mundo me da muestras de amor. Los organizadores del festival son gente linda, son tesoros, ellos están luchando por algo tan bello como lo es el jazz. La música salva.

 

El jazz está vivo, la gente está encendida. Algunos dicen que el jazz está muriendo, pero no aquí. Estar en festival es la oportunidad de crecer, de poder tocar aquí.

 

Quiero regresar una y otra vez, mi hijo vendrá también. Estamos organizando algo para unir jóvenes de aquí y de allá. Voy a trabajar muy duro en ese proyecto porque lo más importante es la nueva generación. Ellos mismos se van a enseñar, ellos son los maestros, nosotros somos guías, ellos son el futuro.

 

-En Cuba tenemos un movimiento muy fuerte de joven jazz, ¿cómo valora el trabajo que ellos hacen?


-Lo más impresionante es que ellos hacen música sorteando muchas dificultades. En los Estados Unidos tenemos varios institutos y escuelas donde estudiar jazz y los jóvenes ahí no tienen ese amor como aquí, es como que todo está muy institucionalizado.

 

Creo que cuando uno tiene que sufrir un poco para lograr su arte, se trabaja más. Aquí hay que buscar los materiales de enseñanza, hay que pasar ciertos trabajos, y ellos lo hacen por amor al arte. Eso me llega mucho. Allá hay becas y demás, pero la gente estudia esta música creyéndose que serán estrellas de jazz. ¿Qué es eso? Solo existe el jazz, la única estrella es la música. Solo quien entienda esto tendrá una visión más pura del arte. Todo lo que yo aprendí fue porque tenía «hambre», iba a morirme si no hacía música.

 

-Su visita y sus intenciones de concretar proyectos con Cuba, es algo que también han manifestado otros artistas norteamericanos como Wynton Marsalis. ¿Qué opinión tiene la comunidad de artistas en Estados Unidos sobre este intercambio con Cuba?


-La gente está muy interesada en este intercambio. Este año la academia de grabación allá quitó la categoría de Jazz. A pesar de ser un género tan institucionalizado, este hecho lo hace menos importante. Creen que como tenemos un Lincoln Center y demás, todo está bien. La música cubana es más importante en ese sentido, para mí es ya como un subgénero dentro del jazz. Y no solo esta es una opinión mía, para muchos este es el verdadero jazz, el que se genera a partir de la conversación entre Cuba y Estados Unidos.

 

Muchos jazzistas dicen que el jazz es la música clásica de Estados Unidos. Uff… eso no me gusta nada. El jazz es la música clásica de las Américas, del Caribe, del Nuevo Mundo, de la diáspora.

 

-¿En qué consistirá el proyecto con los jóvenes?


-Es el proyecto de la Escuela Chico O'Farrill de Jazz, pero el nombre no es para realzar la figura de mi papá, sino para tener chance de trabajar con maestros y alumnos de aquí. Queremos que los estudiantes de allá también vengan aquí a aprender. Los cubanos tienen mucho que enseñar a los americanos, y los americanos a los cubanos. Es una relación que ha sido interrumpida y que tenemos que continuar.

 

-¿Qué saldrá de ese proyecto, un disco, una gira?


-Queremos ensayar un tiempo y luego girar por toda la isla, que sea algo bien bonito.

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