Aldo: jazz, funk, música de todos los colores… y también verde

Aldo López-Gavilán proviene de una estirpe de grandes músicos cubanos. Se le conoce como un joven jazzista, pero en sus manos el piano es capaz de generar cualquier sonido, ya sea la Tocata de Schumann- con toda la complejidad y los mitos que esta pieza encierra- hasta la más sabrosa canción cubana.

En Cubadisco 2014 Aldo está doblemente nominado por dos fonogramas; uno propio: “De todos los colores y también verde” (Producciones Colibrí) y “La yuka funk” (EGREM), en el que comparte con Roberto Martínez, Harold López- Nussa y Ruy Adrián López-Nussa.

El primer álbum compite en las categorías de Instrumental y Notas Discográficas, mientras que el de factoría colectiva lo hace por Música Fusión y Grabación en Vivo. Ambos son muy diferentes y al mismo tiempo llevan el sello de este pianista que ha ganado numerosos concursos por todo el mundo. Con Aldo conversamos.

“La yuka funk” está nominado en Fusión, pero todos ustedes son jazzistas…

Escogimos el funk porque es un ritmo muy cercano al jazz, un género súper fuerte que cultivaron los negros en Estados Unidos, a la par del jazz que iba creciendo.

En este proyecto hacemos una música de fusión, por eso se llama “La yuka funk”, el título hace referencia a la autenticidad y al espíritu de los ritmos cubanos con el funk. Incluso trabajamos la música electrónica con el dj Güije.

Aunque los temas tienen de improvisación y en los solos emerge la influencia jazzística, el disco es una fusión. El formato es con una banda de funk, hay metales, drums percusión menor, teclados, dj y un rapero: Maykel Extremo.

Hicimos temas de Stevie Wonder y otros compositores norteamericanos del funk y llevamos estándares del jazz al funk con una banda sonora electrónica.

¿Cuando hablas del espíritu de la música cubana te refieres a que el disco retoma lo más tradicional de esta?

Hay un tema mío que se llama “La conga funk”. Más típico que una conga cubana…

A lo que me refiero con lo del espíritu no es que se palpe un género cubano puramente, sino que la música está inspirada en elementos y espíritus de lo tradicional, pero lo que se siente es una amalgama del funk.

¿Que los protagonistas de este álbum sean jóvenes es una coincidencia o había una intención en ello?

Este proyecto lo lideró Robertico Martínez, saxofonista que ha trabajado conmigo y con Harold. Todos somos muy cercanos, somos amigos. Este show surgió en una tertulia amistosa.

¿Este ritmo es actualmente seguido por jóvenes en Cuba, piensas que es un disco para jóvenes?

Para nada. El funk aquí en Cuba se identifica más con la gente que tiene unos 40 años. Estamos hablando de Kool & The Gang; Earth, Wind & Fire; Stevie Wonder…, ese tipo de música que muchos jóvenes de hoy no conocen.

¿Te interesaría seguir con la fusión?

Sí, si surge la oportunidad.

Tu otro disco nominado, “De todos los colores y también verde”, ¿de qué va?

Es un disco netamente de jazz, aunque los temas son muy variados. Todos son compuestos por mí. Hay jazz latino; hay otras cosas más melancólicas, como “Un cubano en Londres” a piano solo; otro tema muy autóctono que se llama “Mongo Lunga”, dedicado a África, con instrumentos de ese continente, por ejemplo la kora y otros que aquí no se conocen.

¿Dirías que se trata de un jazz más universal?

Más bien étnico, por eso se llama “De todos los colores y también verde”.

Es un título peculiar, ¿cuál es el origen?

El disco tiene mucho verde, uno de los temas se llama “Cielo verde”. El verde es el color de la esperanza; yo soy muy idealista y naturista, respeto mucho la ecología, de hecho colaboro con algunas fundaciones de este tipo. El verde representa también la paz.

Tú, que te consideras parte de un movimiento de jóvenes jazzistas en Cuba, ¿crees que hay un rompimiento entre tu generación y la de los jazzistas consagrados?

Existe un jazz cubano, eso es seguro, aprendimos de otros países y nos hemos apropiado poniéndole nuestros instrumentos. Por ejemplo, el jazz no tenía un güiro antes y actualmente en el jazz latino no falta una percusión cubana. El lenguaje es más rítmico en el jazz cubano…

No veo un rompimiento entre mi generación y la de los me antecedieron sino una continuación. Los jóvenes hoy tienen información más palpable que antes. Nosotros somos una continuación desde Bola de Nieve hasta Gonzalito Rubalcaba por así decirlo, aunque el Bola no era jazzista.