Correa regresa con puños y objetivos claros

A veces tenemos la sensación de que el mundo entero está en nuestra contra. Al menos muchas veces así pensó el mediano (75 kg) devenido semicompleto (81) Emilio Correa (12 de octubre de 1985) desde que perdió aquel combate dudoso por el cetro olímpico en Beijing 2008. Eso, como bien me dijo esta vez es cosa del pasado.

En su mirada descansa ese brillo de los grandes, en sus extremidades, pese a no ser lo suficientemente largas para un púgil de 81 kilogramos  la sed de borrar cualquier vestigio de duda a fuerza de puños, en sus entrañas, la de pasar exitoso un examen de mayor rigor como lo constituye su estreno en la IV Serie Mundial de Boxeo como exponente de nuestra franquicia Domadores, tras dos años sin celebrar pelea oficial alguna.

Ahora más que nunca está urgido el capitalino de la barriada de Alamar de hacer cumplir las palabras del avezado Alcides Sagarra, quien no reparó en darle un voto de confianza: “Correa es un guerrero, si los entrenadores se decidieron por él, al igual que yo, deben de tener total convicción de su victoria. Tiene tiempo y preparación suficiente a su favor, la posibilidad de estudiar cada combate desde la sombra, esperando como felino hambriento acechar a su presa y además siempre demostró su coraje, gustoso de hacer sparrings en la finca con sus coequiperos de la división inmediata superior.”

Y tendrá que demostrar ese coraje y su calidad boxística, pues su última experiencia sobre el encerado fue un revés por golpear bajo frente a un púgil colombiano en el dichoso preolímpico y tanto sus coequiperos Julio César La Cruz  (3-1) como Enmanuel Reyes (1-0) han sabido conducir ese peso por la ruta del triunfo.

Sobre su reaparición y otras cuestiones intercambió respuestas en lugar de jabs con Cubasí:

“Es cierto, desde marzo del 2012 no participo en ninguna competencia de alta magnitud, pero siempre, de conjunto con mi entrenador Raúl Fernández me mantuve activo. De enero a la fecha he intensificado mi preparación. Incluso, los seis meses anteriores que estuve ocupándome de mi mamá luego de su operación de hernia discal en el hospital Hermanos Ameijeiras el colectivo médico me permitió utilizar el gimnasio y les estaré eternamente agradecido por eso. Por otra parte este tiempo de descanso activo mi organismo lo asimiló muy bien. Y no es que estuviera al margen de los combates. Durante todo el periodo realicé sparrings muy fuertes y participé en lides provinciales que me sirvieron como medidor.

La Serie Mundial implica un sistema diferente de pelea con relación al que solías tener. ¿Conciente del cambio?

Siempre he sido inconforme conmigo, se que este torneo y su sistema se rigen por un estilo diferente. Aún me faltan algunos detalles para llegar al 100 % de mi capacidad, pero he estudiado mucho, trabajado profundamente sobre los reflejos, la movilidad y el aumento del ritmo e intensidad de combate, sobre todo durante los intercambios, que deben incrementarse y de alguna manera contrastaban con la forma de pelear del Emilio Correa anterior.

En ese sentido creo que he asimilado bien las transformaciones.

¿Este nuevo Emilio será 81 o retornará a los 75?

A pesar de sentirme bien en los 81 (pesó exactamente 79.8 kg) nunca he sido un boxeador que afronte dificultades para hacer el peso. No tengo extremidades muy largas y mi división real son los 75, claro que eso debe ser valorado por el colectivo técnico. En lo personal Julio César (primer hombre de los 81 y capitán del equipo Cuba) es mi hermano, siempre nos aconsejamos y escuchamos mutuamente. Lo importante es que sea cual sea mi peso siempre subiré al ring a dar lo mejor de mí. Otro detalle importante es la rivalidad que tenía planteada con Ramón Luis, airoso en nuestras últimas tres peleas y buscaré mis revancha nuevamente.

¿También te sientes en deuda con los Juegos Olímpicos?

Tengo esa espina también clavada. Río de Janeiro y el oro olímpico son mis objetivos más grandes. Llegaría casi con 30 años, pero la experiencia y madurez, si logro en lo adelante estabilizar mi rendimiento competitivo, las convertiré en fortalezas. Por ahora Correa está de vuelta, mañana no defraudaré al público y en mis puños y mente, a cada paso que logre dar, se esclarecerán mis objetivos.