Sotomayor: "Mi mejor salto, el 2,40 de Stuttgart, mi mayor éxito Barcelona'92

Sotomayor: "Mi mejor salto, el 2,40 de Stuttgart, mi mayor éxito Barcelona'92
Fecha de publicación: 
24 Marzo 2014
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El cubano Javier Sotomayor, plusmarquista mundial de altura con 2,43 (pista cubierta) y 2,45 (aire libre), calcula que habrá hecho unos 1.800 saltos en competición pero el que recuerda con más intensidad fue el de 2,40 que le dio el título mundial en Stuttgart'93, y entre sus victorias prefiere el oro olímpico en Barcelona'92.

"Habré competido unas 300 veces, a una media de seis saltos salen 1.800. De entre todos ellos, para mí el más perfecto fue el 2,40 de Stuttgart (Mundiales 1993). El que más disfruté. Me gustaba sentir que volaba y cuando más sensación tuve de eso fue en ese salto, me sentí volar", declaró a EFE el saltador antillano.

En cuanto a sus títulos y medallas, no tiene dudas: "por supuesto, la medalla de oro en los Juegos de Barcelona y mi primer récord, el 2,43 (Salamanca, 1988) más que el 2,45 (Salamanca, 1993), porque era el primero y me tomó un poco más de sorpresa. En 2,45 ya estaba convencido de que podría lograrlo".

Mi entrenador (el fallecido José Godoy), antes de hacer el primer récord en Salamanca (1988), me dijo que él me había preparado esa temporada para hacer el récord y que me quedaba una sola oportunidad. Había que hacerlo en Salamanca y si no lo hacía me dijo que al año siguiente le debería dos récords del mundo".

Su récord en sala acaba de cumplir 25 años y el de aire libre va camino de los 21. Siente cada vez más cercano el día en que caerán.

"Es difícil decir si va a ser esta temporada. Hay tres saltadores (Bondarenko, Barshim y Ukhov) acechando el récord, después de mucho tiempo sin que nadie se acercara, pero no por eso va a ser uno de ellos el que lo va a batir, no se puede descartar a otros", advirtió en una entrevista con EFE.

Sotomayor recuerda que a veces el récord se muestra esquivo: "En 1994 yo salté diez veces sobre los 2,40 y ese año no hice récord del mundo, y eso que lo intenté en ocho o nueve ocasiones".

"Condiciones tienen los tres, y sobre todo Bondarenko. Si tuviera que decir un nombre diría Bondarenko, aunque el catarí (Barshim) también está muy bien. Ukhov no sé qué tiene, que lleva varios años saltando 38, 39 y 40 en invierno, pero en el verano no sé que le pasa. Lleva así como cinco o seis temporadas".

No piensa que en su propia familia haya un futuro plusmarquista. "Ya descarto a uno, mi hijo mayor, porque dejó el deporte hace un año. Me quedan tres, uno de trece, otro de seis y otro muy pequeño. Lo que hace falta es que les guste. El de 13 va a ser más alto que yo, con seguridad, y de momento le gusta".

El atleta de Limonar achaca su enorme profusión de marcas en el ránking de todos los tiempos a su continuidad. "De los 25 mejores saltos de la historia, tengo 17; entre los treinta, como veinte, y de los cincuenta, veinticinco. Tuve mucha constancia, muchos años entre los mejores y por eso tengo tantas marcas entre las mejores".

"Ningún récord es fácil de batir", apuntó, "pero imposible ninguno. Un centímetro cuesta mucho. Cuando alguien salte 2,46, para que venga otro y salte 2,47 pasarán también muchos años. Un centímetro exige primero tener el talento para hacerlo, y luego estar preparado física y mentalmente. Para intentar esa altura tienes que prepararte mentalmente".

Para Sotomayor, "hay saltadores que psicológicamente no están preparados para el récord. A lo mejor saltan una altura inferior relativamente fácil y cuando se le suben uno o dos centímetros en la cabeza pesa. Si no estás preparado te bloqueas".

Con respecto a sus récords mundiales, considera que el más difícil de batir es el juvenil (2,33, con 16 años). "A ese récord sí que no se le acerca nadie. Para mí es el más duro, más fuerte que el 2,45, mucho más difícil".

En materia de técnica de salto, Soto recuerda que "hubo uno entre la tijera y el rodillo que se llamaba oeste, que se entraba un poco más de frente. Parecido al rodillo pero no tan de lado. Primero pasaba la cabeza y después la rodilla. Por mi cabeza ha pasado buscar otro estilo distinto al actual (Fosbury), pero creo que no es sencillo. A lo mejor se introduce alguna variante dentro de este mismo. De hecho yo saltaba un poco distinto. Mi último paso de batida era muy largo en comparación al resto, y la pierna mía libre también la sacaba diferente a los demás. Dos o tres cositas distintas, pero no todo el mundo puede hacer eso".

Al comienzo de su carrera deportiva, Sotomayor se declaró, en una entrevista con EFE, "el atleta de la revolución" y todavía hoy no ha cambiado de opinión. "No es que lo piense yo. Creo que todos los resultados deportivos de Cuba son producto de la revolución. Hemos tenido muchísimos medallistas olímpicos y mundiales gracias a nuestro sistema deportivo. Por la escasez de tantas cosas, por ser una isla tan pequeña, creo que no hubiéramos tenido tanta calidad deportiva de no haber sido por nuestro sistema".

"Siempre fui un atleta talentoso", admitió, "pero también trabajé mucho. Siempre entrené muy fuerte para hacer buenos resultados, aunque a veces pasaron cosas que me lo impidieron. En la Olimpiada de Atlanta'96 fui lesionado y quedé en el noveno lugar".

Uno de sus peores años fue el 2001. "Estaba lesionado. Fui a los dos Mundiales y cogí un cuarto y un quinto lugar. Tenía que saltar con sólo cinco pasos de impulso, con dolores, ya estaba preparando mi retiro por esas fechas".

"Creo que, en sentido general, el atletismo está en crisis. Estar ocho o diez años entre los mejores del mundo hoy en día es raro, hay escasez de atletas así. Y al no haberlos, también baja la afición. En mi época éramos muchos. Lo que pasa con Usain Bolt es que es muy superior al resto de los atletas, que no son como Sergey Bubka, Carl Lewis o Michael Johnson. Cuando pase Usain Bolt, ojalá llegue otro".

Reconoce que el atletismo cubano ha bajado un poco. "Todavía tenemos atletas destacados, pero no como en la etapa mía, cuando teníamos más de diez que éramos los mejores en América, y a nivel internacional optábamos siempre a medallas olímpicas y mundiales. Hoy sólo tenemos tres o cuatro, ha bajado un poco el nivel.

"Un poco de crisis económica y de seguimiento de talento", explicó. "Además hay muchos países que están subiendo su nivel deportivo. Hace años ganábamos en latinoamérica con un margen bastante amplio de medallas y hoy no es así. En panamericanos siempre quedábamos segundos (por detrás de Estados Unidos) y ahora seguimos segundos pero con un margen bien pequeño", afirmó.

Comentarios

El Soto es un atleta de los mejores que ha dado nuestro país. Lo admiro porlo que logró y sobre todo por lo sencillo que es. Recuerdo una vez que visitó Ciego de Ávila y lo vi rodeado de personas, haciéndose fotos, conversando, en fin, como un cubano más. Ese record a la sencillez sí que es difícil de romper

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