Lorde, la más precoz y talentosa

Sí, solo tiene 17 años y ya ganó dos Grammys. Sí, apenas se ríe. Sí, es una artista incomprendida por muchos. Todo eso es cierto, tan cierto como que ese fenómeno adolescente que se hace llamar Lorde es la revelación musical del momento, lo más distinto de la industria musical actualmente, una artista que lejos de ser un ícono adolescente, y desde el primer momento, ha demostrado talento y un buen gusto musical.

Hay que darle crédito a esta chica neozelandesa, de 17 años, pelo rizado, e hipnótica que está triunfando en medio mundo. La intérprete que crea canciones de pop con toques electrónicos, decidió entrar en la industria de la música en un otoño saturado de lanzamientos. Y aun así ha salido ganadora, arrebatándoles el trono a cantantes como Miley Cyrus y Robin Thicke. Así, Lorde se impuso desde su debut, haciendo honor a su calificativo, el cual viene siendo el sustantivo femenino de lord (señor en español).

Esta jovencita cuyo nombre completo es Ella Maria Lani Yelich-O'Connor se convirtió en la artista más joven en alcanzar el número uno en Estados Unidos desde 1987. Su primer EP, “The Love Club”, fue lanzado el 22 de noviembre de 2012, y su primer sencillo, "Royals", debutó en el número uno en el Top 40 de Nueva Zelanda, y también alcanzó el número uno en el Billboard Hot 100 por nueve semanas consecutivas en 2013, convirtiéndose así en la primera solista neozelandesa en realizar tal hazaña.

Su álbum debut, “Pure Heroine”, fue lanzado el 27 de septiembre de 2013 y a finales de ese mismo año fue nominada al Grammy en cuatro categorías, ganando dos de estas nominaciones, gracias a su exitazo “Royals”. Que se iba a imaginar esto Lorde, quien comenzó a escribir canciones acompañada de su guitarra a los trece o catorce años y que ya hoy es foco de atención mediática a nivel mundial.

Fíjese si es cierto que la intérprete contó a la revista “Rolling Stone” que enfureció con un fotógrafo, recientemente, por pedirle que aparente ser quien no es para una sesión de fotos en Nueva York.

El fotógrafo no paraba de decirle: pon tu cadera de un lado, trata de lucir linda, pon una gran sonrisa y Lorde le dijo: “No soy número 1 en este país por coquetear, guiñar el ojo y toda esa mier..., lo soy porque he hecho exactamente lo que quiero hacer”.

Con su actuar Lorde demuestra que ha llegado para revolucionar la industria pop de estos tiempos, pues no se ha empeñado en llamar la atención con vestimenta reveladora o escándalos que la ayuden a vender discos. Ella, sonríe cuando lo desea, y aunque, a veces, aparezca con esa mirada penetrante que pareciese quisiera fulminar a toda la raza humana lo cierto es que a esta cantante no le preocupa el siempre lucir adorable. Ella prefiere el siempre escucharse bien, no el siempre verse bien.

Y es que a Lorde le interesa lo netamente musical, no el ser perfecta. Por eso, en sus canciones, nos canta sobre su desprecio por la fama, haciéndonos partícipes de sueños donde, a veces, el perdedor es el más fuerte.

Algunos se dirán: sin Lorde el mundo seguiría siendo el mismo, pero con ella en él, sus sonidos han de cambiar.