Mandela: Miami y Fidel (I)
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En 1990, cuando lo invitaron a recorrer ocho ciudades de Estados Unidos, entre ellas Miami, grupos de esa tendencia rechazaron ferozmente el propósito.
Una de las voces que entonces más se distinguió por su grotesca oposición al héroe africano fue la congresista republicana Ileana Ros-Lehtinen.
Sucedió en el año antes referido. Hubo aparentes alabanzas hacia la personalidad que encabezó la lucha contra el apartheid (segregación racial) en su nación.
Pero Ros-Lehtinen impugnó “honrar a un hombre que se abrazó públicamente con el líder palestino Yasser Arafat y elogió ardorosamente a Fidel Castro.
¿Qué dijo Mandela sobre este último en Namibia?
“Durante mis años en la prisión, Cuba fue una inspiración y el compañero Fidel Castro una torre de fuerza”.
El Nuevo Herald recordó este viernes que, luego de esos planteamientos, “exiliados” cubanos reaccionaron con enojo.
Cuando después Mandela visitó a Miami, esos mismos grupos le reprocharon públicamente su silencio respecto a la situación de los derechos humanos en la isla.
El líder africano les respondió desaprobando las campañas fraguadas allí sobre el tema y elogiando la actitud de Cuba en todos los terrenos.
Ahora el Nuevo Herald desplegó un titular de primera página que dice: “Miami deja atrás la controversia con Mandela para celebrar su legado”.
Se trata –subraya- de un luchador infatigable contra el apartheid desde antes de estar preso durante 27 años, y luego de haber sido presidente de su país y activista humanitario.
“La vida de Mandela fue una epopeya de triunfos frente a obstáculos monumentales, una hazaña”, que le valieron amistades y aliados, incluso, entre los blancos.”
Llegó un dardo cuando dijo que esta figura se acercó en ocasiones a ideas y personajes que les alejaron de sí y de su causa.
Sin embargo, puntualizó este viernes el Herald, casi un cuarto de siglo después de aquella visita, los exiliados miran atrás de otra forma.
Un notorio enemigo de La Habana, el senador demócrata Robert Menéndez, aseveró lamentar el fallecimiento de Mandela, quien, añadió, hizo del mundo “un lugar más justo”.
“Nelson Mandela nos enseñó lo que es ser humano frente a lo inhumano”, y pocos pueden reclamar un legado de paz como él, apuntó el senador en un comunicado.
Si Menéndez habló con sinceridad, ayuda a comprender por qué Madiba se negó en Miami a cuestionar la situación de los derechos humanos en Cuba.
Más allá, ¿podría una figura como Nelson Mandela, con las características que hasta Bob Menéndez le atribuyó, ser aliado, hermano, de quienes no las posean?
El llanto, los bailes y canciones de los sudafricanos, más la conmoción del planeta y el histórico homenaje del Consejo de Seguridad de la ONU, consagraron la eternidad de un héroe-montaña y la tendencia inevitable del presente y hacia el futuro.
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