Posición radical del Tea Party provoca caos político en EEUU

El movimiento ultraconservador de los republicanos, el Tea Party, controla y domina el debate de su partido en el Congreso a pesar de ser minoría entre los congresistas.

Con tal solo 50 legisladores de 234 republicanos en la Cámara de Representantes -de 435 curules- han logrado imponer sus posturas radicales, una muestra es el cierre parcial del Gobierno de Estados Unidos, al no lograr frenar la Ley de Asistencia Asequible, promovida por el presidente Barack Obama.

"Estamos muy emocionados. Es exactamente lo que queríamos (cerrar parcialmente el Gobierno de Obama) y lo hemos logrado", dijo Michele Bach-mann, presidenta del grupo de legisladores del Tea Party en la Cámara de Representantes.

La importancia del Tea Party se hace notar porque sin ellos, los republicanos no serían mayoría en la Cámara. Además, otros 30 republicanos conservadores apoyan al movimiento, lo que ha hecho que en los últimos años la tendencia del partido tienda a la radicalización en las primarias, como se observó en las presidenciales de 2012. El movimiento surge en el 2009 para hacerle frente a la reforma sanitaria que propuso Obama, y que se convirtió en ley en 2010.

Sin daño electoral

A pesar del descontento popular hacia los republicanos por el cierre del Gobierno, sus cargos no están en peligro aunque haya elecciones legislativas en 2014. Los miembros del Tea Party en el Congreso provienen de distritos ultraconservadores, en donde consideran que están haciendo el trabajo para el que fueron electos.

El próximo año están en juego 34 asientos demócratas y 31 republicanos en el Senado.

Los demócratas necesitan ganar dos de los seis escaños competitivos, los republicanos necesitan ganar cinco de estos seis asientos, incluyendo destronar a tres demócratas para ganar una mayoría de 51 escaños en el Senado, según The Cook Political Report.

En la Cámara, los conservadores tienen asegurados 205 puestos de los 234 actuales, 17 legisladores tienen altas posibilidades de reelección, y solo 11 están en competencia. Los otros tres están indeterminados. Los demócratas mantienen 163 curules, repetirían en 14, en 15 distritos se inclinan hacia ellos y nueve están peleados. Necesitan ganar en distritos republicanos para tener mayoría.

"Es más probable que las acciones de ellos (republicanos) hoy, tenga consecuencias en 2016 cuando habrá elecciones presidenciales porque necesitarán apoyo de los votantes que no tienen afiliaciones políticas", advirtió Steffen Schmidt, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Iowa.

Los radicales tienen la presión de los conservadores, que mantienen sus raíces ideológicas sobre la operatividad del Gobierno. Para ellos, es más fácil permitir el cierre de la Administración que enfrentar acusaciones de que no pelearon lo suficiente en contra de la Ley de Asistencia Asequible.

Pero, la seguridad electoral de los legisladores del Tea Party le ha quitado la habilidad al partido de avanzar en la agenda política. El líder de la Cámara de Representantes, John Boehner, lucha por mantener la unidad de su partido.

"Los republicanos pagarán un alto precio: mientras más dure el cierre del Gobierno, podrían convertirse en un partido marginal, es un juego político muy peligroso para ellos", señala Dennis Anderson, profesor de Gestión de la Información del St. Francis College.

Desde que Obama llegó a la Presidencia ha tenido que enfrentar un Congreso adverso. "Los republicanos harán lo posible para que los dos años restantes de su Administración sean ineficientes. Esta polarización se acabará cuando deje la Presidencia", acotó Anderson.