Avenida Brasil, la historia que paralizó un país

Avenida Brasil, la historia que paralizó un país
Fecha de publicación: 
2 Septiembre 2013
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Según los ecos que nos vienen llegando desde hace casi un año, parece ser que Cubavisión se vestirá de largo a partir del próximo martes cuando estrene el mega éxito Avenida Brasil, el mayor suceso televisivo del gigante suramericano en las últimas décadas.

La novela nos trae una historia de venganza: Rita es una pequeña niña que descubre que su malvada madrastra, Carmina, planea asaltar a su padre. La pequeña no puede evitar que el robo sea cometido y —luego de descubrir la maldad de su esposa— el padre muere al ser atropellado accidentalmente por Tifón, un popular futbolista.

Cuando Carmina descubre que el deportista es millonario decide conquistarlo y casarse con él, por encima de cualquier cosa. Antes de lograrlo se deshace de Rita, la abandona en un basurero a las afueras de la ciudad. La niña sobrevive gracias al amor de Madre Lucinda, y se enamora inocentemente del niño Batata. Poco tiempo después, Rita es adoptada por una pareja de argentinos y se va a vivir fuera de Brasil. Pasan los años y Carmina casada con Tifón, vive en una mansión, frecuentada por pintorescos personajes. A la casa llega una nueva cocinera llamada Nina. Poco a poco, las cosas comienzan a enrarecerse para Carmina, porque la nueva empleada es Rita, que viene a cobrar venganza.

Entre las dos mujeres todo se complicará a un extremo de terror. En medio de esta guerra, Nina reencontrará a Batata, convertido en un apuesto futbolista, ahora hijo adoptivo de Tifón y Carmina, y uno de los mayores secretos de la villana. La historia se tejerá y destejerá hasta el enfrentamiento final.

Después de conocer esta sinopsis tal parece que ninguno de los clichés que mueven el género ha quedado fuera de Avenida Brasil; pero cuidado, porque puede ser que con las herramientas conocidas esta telenovela nos sorprenda más de una vez. Conociendo que es su autor João Emanuel Carneiro, tenemos motivos para estar expectantes.

Carneiro es, hoy por hoy, el autor más exitoso del staff dramático de Globo; sus novelas El color del pecado y Cobras y lagartos, lo dieron a conocer como un joven creador, fresco y habilidoso. Gracias a estos trabajos, Carneiro pudo ascender al horario estelar del canal, la novela de las nueve de la noche, y entonces escribió La favorita. Si la historia de Donatella y Flora, llena de sorpresas, con atmósfera de thriller y veracidad de comic, fue un gran éxito de público y crítica —también en Cuba gustó— con Avenida Brasil el autor logró lo que desde hacía años ninguna telenovela lograba: activar al país.

 

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Joao Emanuel Carneiro ha hecho lo de siempre, ha recogido un sin número de lugares comunes y ha logrado una amalgama, de apariencia novedosa, sin prejuicios ni ataduras a un sentido purista del arte. Su novela es un producto popular, colorido, hecho para gustar, con un argumento que a veces bordea lo imposible, y que posee como eje un cuestionamiento polémico: ¿hasta qué punto la venganza es pertinente? ¿Hasta qué punto es pertinente la justicia?

Algunos sitios de internet cuentan que la novela se tornó en un asunto recurrente en las redes sociales. Su último capítulo prácticamente paralizó al país; las calles de las grandes ciudades del Brasil quedaron desiertas durante su transmisión. Incluso se anunció la posibilidad de que ocurriese un apagón en buena parte del país debido a la sobrecarga en el sistema eléctrico cuando, finalizado el capítulo, los brasileños regresaran a las actividades normales, encendieran las luces, conectaran los equipos electrodomésticos, abrieran el refrigerador. Pero el fenómeno energético no ocurrió.

Otro hecho que habla de la repercusión de la novela fue el hecho de que la presidenta Dilma Rousseff tuvo que cambiar su agenda de compromisos para que sus actividades no coincidieran con el último capítulo.

La revista Forbes ha declarado a Avenida Brasil como la telenovela más lucrativa de la historia. Solo en concepto de publicidad, la serie ha recaudado mil millones de dólares.

Los especialistas en comunicación coinciden que gran parte del éxito de la serie radica en que su argumento se haya movido en los espacios de la llamada “Clase C”, es decir la clase media baja que, después de las políticas económicas de los gobiernos de Luis Inacio Lula da Silva y Dilma Rousseff, han visto aumentar sus recursos a punto de convertirse en un eje fuerte de la sociedad brasileña.

Mezcla de dinero y cultura popular, algunos excesos de los llamados nuevos ricos saltan a la vista, junto con ritos y costumbres de las clases bajas, perfectamente reconocibles por todos, algo que aparta a la historia de los escenarios de la mayoría de las novelas, regodeadas en la cultura de las clases altas y la Jet Set brasileña.

¿Una historia tan localizada en el aquí y ahora del Brasil, seducirá a los cubanos de la misma manera en que lo hizo en su país? Seguro que no, pero al parecer el éxito está asegurado. Por su calado popular, por el nivel de expectativa y debate que suscitó, Avenida Brasil ha entrado en el altar de los grandes títulos de la producción global; la serie ya es citada junto a Roque Santeiro y Vale todo, dos puntos de referencias que todos conocemos bien.

 

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Esta novela no tiene el aura de realismo mágico de Roque..., ni se regodeará en un aparente realismo gris, cuestionador, como lo hizo Vale todo. Los años han pasado y la productora brasileña ha ajustado su imagen para una expansión global. Su último éxito es un producto colorido, ilusorio, siempre glamoroso, con bellos actores y escenarios espléndidos, ideal para entretener. Pero, aunque nos hable de una realidad dorada que no refiere a la cubana, puede que reconozcamos en ella algunos puntos de coincidencia con nuestra cotidianidad.

El elenco de la novela está centrado por la joven Débora Falabella (Niña Moza), una actriz que, a pesar de su apariencia frágil, se ha especializado en personajes fuertes, polémicos. Falabella interpreta a Nina- Rita, personaje que lleva sobre sus hombros todo el peso del conflicto, en su afán casi irracional de vengar con sus propias manos la muerte de su padre.

Junto a ella, Cauã Reymond (Haley de La favorita) interpreta a Jorgito- Batata; Murilo Benício (Dodi, en La Favorita) es el engañado Tifón; Vera Holtz es Madre Lucinda, una especie de hada de la basura; Isis Valverde (Ana del velo, de Niña moza) como Suelen.  

Y —en punto y aparte— Adriana Estévez (Marina Batista, en Te odio, mi amor) que con Carmina logró desplazar a la Flora de Patricia Pillar (La favorita) del puesto de la mayor villana de la teledramaturgia brasileña. Estévez se entronizó en el imaginario televisivo de su país con un personaje intenso, desequilibrado, por momentos atemorizante en su maldad, pero muy empático.

Avenida Brasil se transmite desde este martes. Dará de qué hablar...

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Comentarios

a mi no me gusta, supuestamente se esta vengando pero termina arrodillada rogandoles y dandoles dinero ademas a las novelas brasileras se les nota mucho el doblaje de la voz y el mejor personaje es carmina esa si es mala
la novela esta mucho muy buena no me pierdo la novela todos sus actores hacen muy bien su papel<br />no me la pierdo para nada
yo opino que esta telenovela a sido muy plemica por que han puesto muchas pero esta a sido diferente no hera monotona , bueno en fin me parese espertacular
Q TIENE Q VER EL NIÑO Q ADOPTARON CARMINA Y TIFON CON RITA
esta novela es lo más¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

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