Miami-Dade: Gran cementerio político

Miami-Dade: Gran cementerio político
Fecha de publicación: 
9 Agosto 2013
0
Imagen principal: 

Se trata del arresto el pasado martes del alcalde de Sweetwater, Manuel Maroño, así como el de Miami Lakes, Michael Pizzi, acusados de recibir miles de dólares en sobornos.

¿A cambio? De obtener prometidas subvenciones con destino a sus respectivas ciudades, un plan montado en Washington para conocer a sus numerosos funcionarios locales corruptos.

Tanto Maroño, como Pizzi, fueron presentados con esposas en sus manos ante una magistrada federal, aunque no autodefinirán su responsabilidad hasta la audiencia del 27 de agosto.

Ambos funcionarios, luego de entregar sus documentos oficiales, pagaron fianzas de 250 000 dólares, el primero, y 100 000 el segundo, para moverse en libertad provisional.

Entrevistado por periodistas a la salida de la institución judicial, Maroño declaró: “No he hecho nada incorrecto. Vamos a seguir adelante”.

La abogada, de Pizzi, Amanda Maxwell, caracterizó a su defendido  como “un hombre íntegro”, un funcionario público que iniciará una batalla legal para limpiar su imagen.

El Nuevo Herald señaló el miércoles que las graves acusaciones contra esos dos alcaldes causaron revuelo entre los círculos políticos del condado Miami-Dade.

Horas antes, el gobernador de ese territorio sureño, Rick Scott, anunció ante periodistas la suspensión en sus cargos de ambos funcionarios.

Meses atrás el propio gobernador Scott sufrió uno de sus tropezones políticos cuando revelaron que en Miami descubrieron unos 300 automóviles, comprados seis años antes, todavía sin utilizar.

En su torpe defensa, el gobernador alegó: queremos precisar si fueron decisiones que “vinieron de arriba”. Hasta un bloguero ultraderechista, como Alberto Muller, preguntó con acidez:

“¿Cómo es posible, donde el alcalde propone el presupuesto y una comisión lo aprueba y fiscaliza, que una decisión como esta no venga del más alto nivel?”. Entiéndase, del propio Scott, quien ahora sacó de los puestos a dos de sus alcaldes… por corrupción.

La investigación sobre esta nueva historia delictiva comenzó hace algo más de 24 meses, en junio de 2011, cuando llegaron al FBI señales de fraude en Sweetwater y Miami-Lakes.

Al unir eslabones llegaron hasta un sombrío cabildero, Richard Candia, abogado de la firma Becker & Poliakoff, y ex jefe de despacho de Mario Díaz-Balart cuando era senador en la Florida.

Fue precisamente ese personaje el que sugirió al FBI aproximarse a los alcaldes de las dos mencionadas localidades y, bajo el manto de  facilitarles subvenciones, invitarlos a participar en ilegalidades, que controlaba la policía.

 La Fiscalía del condado explicó que la posición del alcalde Maroño,  como presidente de la Liga de Ciudades de la Florida, fue utilizada por Candia y por otro célebre cabildero, Jorge Forte, para encandilar a posibles nuevos seguidores de su fraude.

Según esta misma fuente, la recompensa adicional para el alcalde por esa prestación de servicios llegaría a 20 000 dólares, cifra que también beneficiaría a su cómplice Forte.

La indagación reveló que la policía federal tiene en su poder grabaciones donde los funcionarios municipales discuten detalles relacionados con su papel en la operación.

También hay cintas donde se oye la voz del alcalde de Miami Lakes, Michael Pizza al decir, el 25 de enero de 2012, “eso está bien”, al referirse a tres cheques para su campaña de reelección.

No es un episodio cerrado, solo empieza chorreando lodo por todos sus poros, en un escenario muy familiar para el tema: el sur de la Florida, donde ya se erige un cementerio político todavía llamado a crecer.

alt

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.