Rusia: Se venden bustos de Stalin en el parlamento
La venta de estatuillas y bustos de Stalin en un kiosco de la Duma (cámara baja del parlamento ruso) renovó las polémicas sobre la figura del dictador, sobre cuya figura los rusos aún tienen opiniones ambivalentes pese a las purgas, gulags y y deportaciones de pueblos enteros bajo su mandato.
El "padre de todos los pueblos", sepultado todavía en la Plaza Roja bajo los muros del Kremlin, sigue gozando de respeto y popularidad en Rusia, en particular por la victoria sobre el nazismo y la transformación del país en una potencia mundial.
De este modo exponentes de tres partidos cada cuatro, refirió la agencia Interfax, no encuentran nada vergonzoso en la venta de bustos de Stalin entre los muros del parlamento, con precios que oscilan entre 150 y 750 euros.
"La venta de estos bustos no tiene nada que ver con la política o la ideología. Las personas pueden remitirse a distintas visiones políticas, pero la verdadera política, la verdadera ideología, nunca puede ser objeto de comercio", comentó crípticamente el vicepresidente de la Duma, Serghiei Zhelezhniak, de Rusia Unida.
Igor Lebedev, vicepresidente de la misma cámara y miembro del partido Liberal Democrático encabezado por su padre, el ultranacionalista Vladimir Yirinovski, no tuvo objeciones.
"Si alguien las quiere las compra, si alguien no aprecia la figura de Stalin las ignora", observó, recordando que el propio grupo dirigente de su partido está dividido a medias entre los simpatizantes y enemigos del dictador ruso.
Como se preveía, en cambio, hay consenso en el Partido Comunista, que venera al dictador soviético todavía como un ícono y le hizo un monumento en Iakutsk en vísperas del "Día de la victoria" del 9 de mayo.
"Stalin es el generalísimo de nuestra historia", afirmó el diputado Serghiei Obukhov, de la secretaría del comité central.
El único contrario es Serghiei Mironov, líder del partido de centro izquierda Rusia Justa: "No tiene sentido, es inadmisible, la Duma es un órgano estatal que lleva adelante la política del país, no creo que en su interior se puedan vender bustos de este tipo", protestó.
Mientras tanto arrecian las críticas de los defensores de los derechos humanos: es una nueva demostración, denunciaron, de cómo Stalin es apreciado o tolerado por las instituciones rusas.
Añadir nuevo comentario