Misiva a Kerry sobre Cuba: Ruge la jungla

Los congresistas Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart enviaron una carta al secretario de Estado, John Kerry, para que no saque a Cuba de la lista de naciones mezcladas con el terrorismo.

Ambos lo informaron en Doral, ciudad del condado de Miami-Dade, donde radican las oficinas de Díaz-Balart, localidad en la que el consumo de drogas provoca graves problemas sociales.

La preocupación de estos legisladores tiene lugar después que The Boston Globe reveló que importantes diplomáticos estadounidenses consideran que Cuba debería ser sacada de la citada lista.

Uno de ellos, Mario Díaz-Balart (alias Mayito), es hijo de un cercano colaborador del tirano Fulgencio Batista y Zaldivar, bajo cuyo régimen, hasta 1958, asesinaron, torturaron y atropellaron a miles de cubanos.

Su hermano y colega en la Cámara de Representantes, Lincoln, tuvo que renunciar a su banca en julio de 2010 debido a un sonado escándalo por corrupción y tráfico de influencias.

El mayor de los Díaz.Balart desde su puesto en el Congreso logró un nuevo y jugoso contrato para una empresa vinculada al Pentágono con sede en el oeste de Hialeah, a la que sirvió desde 2001.

A cambió les exigió que incluyeran en nómina a su esposa, Cristina, con un salario anual de 200 000 dólares, hechos revelados el 11 de julio de 2010 por el sitio digital Escándalos en Miami, basado en un testimonio demoledor, el de Miguel Otero, ayudante personal de su hermano Mario.

La otra firmante de la carta a Kerry es Ileana Ros-Lehtinen, la cual inició su vida política a mediados de 1989, en Miami, cuando el Departamento de Justicia de Estados Unidos decidió expulsar del país al terrorista de origen cubano Orlando Bosch Avila.

A partir de aquel momento Ileana se convirtió en una apasionada defensora de Bosch, hasta que con el apoyo de la ultraderecha de origen cubano logró que el presidente George Bush (padre) lo perdonara.

¿Qué había dicho Joseph Whitley, asistente del Fiscal General, cuando redactó la orden de deportación? Veamos:

“Orlando Bosch se ha mostrado durante más de 30 años decidido e indeclinable”, en su apoyo a la acción terrorista, por lo que “podría ser perjudicial para el interés público de los Estados Unidos proporcionar un sitio seguro a Bosch”.

Pero se lo concedieron el 17 de julio de 1990 cuando le concedieron libertad y estancia en aquel territorio nacional, hecho que la congresista Ros-Lehtinen celebró ruidosamente con champan.

Años después, como atestiguan videos transmitidos por televisión en todas partes, Bosch declaró públicamente que iba a continuar sus trajines terroristas.

El más contundente, planeado en Caracas junto a Luis Posada  Carriles, tuvo lugar en octubre de 1976 cuando mercenarios venezolanos destrozaron en pleno vuelo un avión civil cubano donde viajaban 73 personas, todas muertas.

Su fuerte nexo con Ileana procedió de una vieja y calurosa amistad con el padre de esta (ya fallecido), Enrique Ros, quien llegó a encomendarle la redacción del prólogo de un libro suyo.

Quizás por eso la congresista de Miami le organizó allí un fastuoso homenaje “por la obra de su vida”, espectáculo que más tarde repitió con Luis Posada Carriles.

Con este último, descrito por el FBI y The New York Times como un peligroso terrorista continental, fue aún más generosa porque aceptó presidir el titulado Fondo pro Defensa Luis Posada Carriles.

Sobre ella pesa otro delicado reproche, ser partícipe de la exhortación hecha en el Capitolio por su colega Connie Mack, para matar al presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías.

Así ocurrió el 17 de noviembre de 2010, durante el encuentro denominado Peligro en los Andes, auspiciado por los elementos más agresivos de la ultraderecha de origen cubano asentada en Miami.

Ahora resultan curiosos sus pedidos para que se mantenga el bloqueo a Cuba y no la saquen de la lista de países ligados al terrorismo, ¿qué va significando esto? Como mínimo, preocupación en la jungla.