Pierre Etaix: es difícil hacer reír

Pierre Etaix: es difícil hacer reír
Fecha de publicación: 
2 Mayo 2013
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A sus 84 años y con una trayectoria artística dada al multioficio, el actor y realizador francés Pierre Etaix prefiere ser clown, esa profesión que tanto aprecia y le apasiona.

En un reciente homenaje a su vida y obra, como parte del Festival de Cine Francés que se celebró en Cuba hasta el 1 de mayo, el artista recibió los aplausos de sus admiradores. Son inmerecidos, pienso que no he hecho algo tan relevante.

Lo que sí me interesa es mi profesión de payaso, porque divertir a alguien es difícil, dijo.

Etaix presentó al público habanero una muestra que recorre el orbe y tuvo una anterior parada en México. Es el tributo del festival de cine francés en esta nación caribeña a ese genio de la comedia.

Se trata de 30 paneles con bocetos, dibujos, fotos de sus presentaciones en el teatro y el music hall, así como imágenes, fotogramas de sus películas e instantáneas tomadas fuera del set durante los rodajes, su quehacer de más de cinco décadas. Espero que la disfruten, expresó a los presentes. Ojalá encuentren en ella lo que buscan de mí.

Hacía 20 años que sus películas no podían verse debido a una interminable querella jurídica, reza el primer panel. Cineastas del mundo entero, destaca, se solidarizaron y en 2009 la fundación Technicolor para la protección del patrimonio cinematográfico entre otras instituciones logró restaurar su obra fílmica. Una retrospectiva que se proyectó ahora en La Habana.

Como realizador le bastan sus ochos cintas para estar en la cúspide.

Títulos como El suspirante (1963), Yoyo (1965) y El país de la abundancia (1971) acapararon desde su estreno al público por su estética y sobre todo su mensaje reflexivo.

Cuando amas hacer algo, confesó Etaix al público habanero, eso que haces se torna vital. Te involucras tanto, que apenas concluía una película tenía en mente otra, pues nunca quise hacer un filme que se pareciera a otro.

El multifacético artista valora de positivo la posibilidad que tuvo de poder llevar adelante varios proyectos en el plano laboral y le agradece a la vida haber tenido la oportunidad de hacer lo que le gusta. Fue una suerte increíble, dijo.

Desprovisto de máscaras blancas y cejas delineadas, con solo mirar su rostro provoca risa y es que el también mimo francés maneja a su antojo el humor con sobrada audacia.

A una pregunta de Prensa Latina sobre sus impresiones del cine latinoamericano responde que en la actualidad casi no acude al cine, aunque recuerda con agrado a un comediante mexicano. Lo que sí me gusta, rememoró de inmediato, es el cine de Tarantino.

Lo consideran un genio del humor en serio, por eso disfruta al evadir respuestas sobre todo aquellas en las que rondan los elogios a su quehacer artístico.

Si le preguntan sobre los galardones concedidos por la academia estadounidense de cine responde: cuando me llamaron para anunciarme el premio pregunté: ¿Y qué es un Oscar?

El primero de ellos lo recibí en 1963 por la cinta Feliz aniversario y me hicieron firmar un documento en que me comprometía a no fundir ni vender la pieza. Durante todos esos años mi productor lo guardaba en una vitrina, relató como quien le resta importancia al lauro. Al morir éste, no sé lo que hizo con él su viuda.

El segundo fue un Oscar honorífico que recibí en 2011. Era como un premio póstumo, pero en vida, ironizó.

Etaix fue uno de los invitados de lujo a la cita de lo más actual de la cinematografía gala en Cuba.

En esta su 16 edición presentó la misma cantidad de filmes. El público pudo disfrutar de la película Jappeloup, recién estrenada en la nación europea el pasado 13 de marzo y que tuvo su primera parada internacional en esta isla. La cinta de Chistian Duguay se ha convertido en la propuesta nacional de mayor éxito de público.

La comedia Intocable (2011), de los realizadores Eric Toledano y Olivier Nakache, abrió el encuentro fílmico. Inspirada en hechos reales, narra la historia de dos hombres, un aristócrata herido en un accidente y un joven pobre de los arrabales parisinos, quien le devuelve a éste las ganas de vivir.

Considerada por la crítica la película de habla no inglesa más taquillera de la historia, Intocable mereció el Goya y el David de Donatello al mejor filme europeo del año y Omar Sy, uno de sus protagonistas, conquistó el César al mejor actor.

Otra de las más significativas propuestas es Declaración de guerra (2011), de Valerie Doncelli, una cinta autobiográfica que recurre al tema del cáncer, basada en la vida de la directora y su hijo, con ellos mismos en los roles principales.

Estrenada en el Festival de Cannes ese año, al siguiente fue seleccionada para representar a Francia en los Oscar como mejor película extranjera.

Los cinéfilos cubanos disfrutaron además de la comedia Polisse (2011), de la realizadora Maiween Le besco, galardonada ese año con el premio del jurado en Cannes, así como las comedias Los infieles (2012), con Jean Dujardin en el rol principal y Los seductores (2010), de Pascal Chaumeil.

El Festival de Cine Francés en Cuba es uno de los eventos cinematográficos más esperados y gustados. Cada año se acercan a las pantallas casi un millón de espectadores, según cifras de los organizadores, quienes lo consideran un verdadero fenómeno cultural.

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