ESTRENOS DE CINE: Lo imposible

Hay que decirlo: la puesta en pantalla de Lo imposible es abrumadora, escalofriante, sobrecogedora... Las secuelas del gran tsunami que asoló grandes regiones de Asia en 2004 son recreadas aquí con un lujo de detalles que a algunos les resultará morboso. Los efectos están muy bien, son más que verosímiles. Son tan vívidos, que el espectador más impresionable debería abstenerse. El paisaje después del desastre también está conseguido: la destrucción, la desesperación de los sobrevivientes, la tragedia de los muertos, la desorganización, el esfuerzo extraordinario del personal de rescate y de salud, la felicidad del reencuentro, el dolor infinito de la pérdida… Todo está contado a todo color, en cuadro pletórico de peripecias, con ritmo trepidante que alterna en ocasiones con pasajes de aprensiva calma. Lo que más me gusta de esta película es la naturalidad con que habla del infierno, que pudiera llegar a parecer fría contención, desdén olímpico. Pero señores, así son las catástrofes: no las mandan los dioses, no las merecemos. Ocurren. Irrumpen. Sorprenden. Son parte del ciclo natural de este mundo que nos tocó. Somos demasiado pequeños en definitiva, demasiado vulnerables. Y esta historia pone todo en perspectiva, en nuestra perspectiva.

Menos me gusta la construcción de algunos de los personajes, que parecen sencillamente piezas en el juego del guionista. Quizás si la carga “documental” dominara, si no fueran notables las intenciones de “humanizar” el cuento, de mirar justo donde no miraron los noticieros… la superficialidad de algunas caracterizaciones no importara tanto. Pero en ocasiones la narración adquiere un tinte de epopeya que muchos personajes no resisten. Afortunadamente, Naomi Watts está inmensa. Nadie espere aquí un homenaje a todas las víctimas del desastre: la mirada está centrada en el devenir de una familia. Todo lo demás, el tsunami mismo, es contextual. Molesta un poco ese regodeo en el accidentado itinerario de los protagonistas, da la impresión de que se escatiman voces y situaciones de este panorama dantesco. Se juega mucho con el espectador, se ensaya una “coreografía” de encuentros y desencuentros que si no estuviera insertada en tan aciagas circunstancias pudiera resultar casi grotesca. Al final se nota que el director trató de sensibilizar a toda costa. Se nota demasiado. Si no advirtieran desde el principio que la película está basada en hechos absolutamente reales, no pocos espectadores la considerarían de mal gusto.

SINOPSIS
María, Henry y sus tres hijos comienzan sus vacaciones de invierno en Tailandia. En la mañana del 26 de diciembre, la familia se relaja en la piscina después del día de Navidad cuando el mar, convertido en un enorme y violento muro de agua negra, invade el recinto del hotel. María solo tiene tiempo de gritar antes de ser engullida y arrastrada por la terrible ola. Sin tiempo para asimilar lo incomprensible e inesperado del desastre natural que acaban de sufrir, deberán luchar por la supervivencia y por volver a reencontrarse. La película se basa en una historia real que tuvo lugar durante el tsunami que azotó a la costa tailandesa en el año 2004.

Título: Lo imposible. Título original: The impossible. Dirección: J.A. Bayona. País: España. Año: 2012. Duración: 107 min. Género: Drama. Intérpretes: Naomi Watts (María), Ewan McGregor (Henry), Tom Holland (Lucas), Samuel Joslin (Thomas), Oaklee Pendergast (Simon), Marta Etura (Simone), Sönke Möhring (Karl), Geraldine Chaplin (mujer mayor). Guion: Sergio S. Sánchez, basado en un argumento de María Belón. Producción: Belén Atienza, Álvaro Augustín, Enrique López Lavigne y Ghislain Barrois. Música: Fernando Velázquez. Fotografía: Óscar Faura. Montaje: Elena Ruiz y Bernat Vilaplana. Diseño de producción: Eugenio Caballero. Vestuario: Sparka Lee Hall, Anna Bingemann y María Reyes.

Calificación: (***) INTERESANTE