Poner el ojo y la bala no es para nada fácil

Segundo lugar por naciones con ocho cetros, seis platas y siete bronces y 20 pasaportes para los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz 2014 con una dotación de 21 tiradores.

Cualquiera estaría saltando de regocijo pero… detrás de eso se esconde una realidad ineludible, poner el ojo y las balas cuando se conjugan muchas presiones no resulta cosa de coser y cantar.

Partamos de la idea de que el Centroamericano de Guatemala era el único clasificatorio para la cita multideportiva azteca. Eso para muchos de nuestros exponentes se traducía en una oportunidad casi única de medirse a rivales del área, a muchos de los cuales se les había perdido el rastro desde los XVI Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011. Igual de escépticos estarían ellos respecto a nuestro pelotón, y ni que decir entonces de los europeos.

Así llegó la hora cero, con la presión adicional de estrenar sistema de puntuación en segmentos finales en casi todas las modalidades, y jugarse prácticamente la continuidad competitiva en el presente ciclo olímpico.

Así sacaron a relucir su casta individualmente el pistolero rápido y as olímpico Leuris Pupo, su homólogo guantanamero Jorge Grau y el fusilero Reinier Estupiñán, apenas tres de ocho pergaminos, además de cuatro de los subtítulos y seis de los siete terceros escaños ¿el resto? Aunando fuerzas en modalidades por equipos.

Entonces de alguna manera hubo fisuras en lo que a performances individuales respecta. No cuestiono, es más, ni siquiera creo que muchos de los rivales enfrentados tengan la calidad de Eglys Cruz, Dianelys Pérez, Laina Pérez, Kirenia Bello, o Juan Miguel Rodríguez y Guillermo Alfredo Torres, por mencionar a varios tiradores de puntería.

Hablo de ese otro complemento a las arduas horas de trabajo técnico, simulación de secuencia de disparos, entrenamiento físico y búsqueda de equilibrio psicológico. Hablo del factor x: el kilometraje competitivo, ese que salvo Pupo, Cruz, Pérez y Torres, (quienes nos representaron en Londres 2012) hoy día, el resto de nuestro pelotón prácticamente lo tuvo en cero.

Creo que justamente por eso los mexicanos (9-6-2) nos superaron en el medallero por países. Como también lo hicieron si de boletos conseguidos se trata con 21, al igual que Venezuela y por debajo de los anfitriones, dueños de un botín de 26 visas del total de 185 puestas en pugna. También es real la efectividad evidenciada por los nuestros gracias a 20 boletos con 21 inscritos, pero como reza un viejo adagio: “un solo palo no hace monte”. ¿Acaso se han preguntado cuando Pupo, Eglys y compañía, o la dupla sincronizada de José Antonio Guerra-Jeinkler Aguirre se retire que sucederá con disciplinas como el tiro y el clavados?

La cantera juvenil de nuestro deporte en la actualidad a mi juicio está deprimida, como también las instalaciones, captación de talentos y otras cuestiones.

No soy marciano, extraterrestre ni mucho menos. Créanme, soy cubano, revolucionario y fiel amante del deporte. Por esas sencillas razones cada una de las líneas que escribo tiene el afán de construir, salvar. Tampoco estoy ajeno a otra variable o lastre constante, la escasez de recursos. Ella, en mayor o menor medida incide en cada uno de los fenómenos antes expuestos, como también lacera posibles rendimientos o resultados de nivel supremo.

Nuestro deporte, sin ser catastrofista, hace ya un buen tiempo va en picada. El tiro como otras tantas disciplinas necesita carburar antes de la hora cero. Y hablo de engranar miras y disparos más allá del torneo elite espirituano, la copa aniversario del INDER o cualquier otra lid doméstica. Esto en la medida de lo posible, como también si de posibilidades hablamos, garantizar un mínimo parque de municiones para entrenar.

Por ahora, y hasta una nueva largada en Veracruz 2014 para muchos, el día a día será su hora cero.