Psiquiatra que trató al autor de la masacre de Aurora alertó del peligro

Una psiquiatra que trató a James Holmes, el autor del tiroteo en un cine de Aurora (Colorado, EEUU), alertó a la policía un mes antes de la matanza de que el joven tenía pensamientos homicidas y era un peligro público, según documentos de la investigación dados a conocer hoy.

El nuevo juez del caso, el salvadoreño Carlos Samour, ordenó hoy el levantamiento del secreto de sumario que pesaba sobre varios documentos y declaraciones recopiladas durante la investigación.

A raíz de ese levantamiento se ha conocido que la psiquiatra Lynne Fenton, que trató a Holmes, alertó en junio de 2012 a la policía del campus de Denver de la Universidad de Colorado, donde trabajaba, "del riesgo para el público debido a comentarios homicidas" que había hecho el joven.

Además, Fenton contó a la policía que Holmes la hostigó y amenazó a través de mensajes por teléfono y correo electrónico.

Poco más de un mes después de las advertencias de Fenton, Holmes irrumpió en la madrugada del 20 de julio en un cine de Aurora, cerca de Denver, y comenzó a disparar, lo que causó la muerte a 12 personas e hirió de diversa gravedad a otros 58 asistentes al estreno de la última secuela de Batman, "The Dark Knight Rises".

La viuda de un hombre que murió en ese tiroteo demandó a Fenton porque asegura que no hizo lo suficiente cuando Holmes le dijo que fantaseaba "con matar a muchas personas".

Varios medios de comunicación habían pedido que se levantara el secreto de sumario, pero el juez que estuvo a cargo del caso hasta esta semana, William Sylvester, se había negado.

Los fiscales, tras hablar con unas 800 víctimas y familiares, anunciaron el pasado lunes que pedirán la pena de muerte para Holmes, de 25 años.

Samour, a su vez, decidió fijar para febrero de 2014 el inicio del juicio, que había sido programado para agosto próximo.

En los documentos divulgados hoy figuran también detalles de la conversación de Holmes con la policía cuando fue detenido tras el tiroteo, momento en el que confesó que no tenía ningún cómplice.