Venezuela: Maduro y el “pelucón” (aristócrata)

Venezuela: Maduro y el “pelucón” (aristócrata)
Fecha de publicación: 
29 Marzo 2013
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A poco más de dos semanas de las elecciones venezolanas, se aprecia una intensificación del enfrentamiento político entre las pujantes fuerzas chavistas y la decaída oposición.

El desespero de estos últimos se traduce en la utilización de un lenguaje retórico y defensivo, no exento de expresiones más ajustadas al ambiente de un lupanar que a un debate electoral juicioso.

Todo se les complicó aún más luego de producirse una deserción en las filas de la titulada Mesa de Unidad Democrática, así como declaraciones no favorables para su líder Henrique Capriles Radonski.

El fondo de todo ello es la imparable victoria de los chavistas en las elecciones del 14 de abril, que de ser apoteósica, como se espera, les propinaría un golpe demoledor y obstaculizaría la puesta en marcha de cualquier conjura.

La ultraderecha venezolana y sus compadres de Washington,  huérfanos de argumentos sólidos, atacan ahora a los chavistas diciendo que los trabajadores del amplio sector estatal se muestran crecientemente politizados.

Como ejemplo citan a “un mar de personas” que desfiló por la principal avenida de Caracas para expresar su respaldo a la memoria de Hugo Chávez y al candidato Nicolás Maduro.

Alegan que los participantes eran empleados del sector de telecomunicaciones, en este caso de la compañía CANTV, quienes iban a entregar los dividendos del año 2012 al presidente encargado.

Sus órganos de prensa afines dijeron que la marcha fue un ejemplo de lo gestado por Chávez durante 10 años, la transformación del enorme aparato estatal en un verdadero “brazo político” del gobierno.

No es de extrañar, la propaganda ultra difunde que bajo los tiempos del presidente Rafael Caldera, de COPEI, (hasta 1999) los venezolanos vivían más tranquilos que ahora, cuando ese jerarca falleció y su partido hace años fue aniquilado políticamente.

Frente a ello, y también a contrapelo de otros criterios, divulgan que la empresa petrolera PDVSA y la que administra el tren subterráneo de Caracas, han deteriorado su habitual profesionalidad desde que les nombraron cuadros más políticos que técnicos.

Un ex ministro de Chávez, Eduardo Samán, se adentró en el cada vez más candente debate político que tiene lugar en Venezuela y fijó puntos de vista muy significativos y esclarecedores.

Antes, puntualizó, un ama de casa no hablaba de política, porque decía “soy una ama de casa”, y un deportista se dedicaba exclusivamente al deporte, entonces –agregó- uno de los grandes logros de Chávez fue que elevó el nivel de politización en términos generales.

Relacionada a esa fuerte confrontación ha estado la gira que Maduro lleva a cabo por estados de la nación, en la que tomó la ofensiva en uno de los temas explotados a granel por sus adversarios: la seguridad ciudadana.

Al hablar en el estado de Monagas (oriente del país) acusó a sectores de la oposición de favorecer una campaña de odio con miras a un final violento donde pretenderían desconocer los resultados electorales.

En ese complejo escenario invitó a decidir entre un líder socialista o un capitalista, entre independencia o dependencia,  “entre Nicolás Maduro o el pelucón (aristócrata).”

Casi al mismo tiempo se produjo una deserción en la titulada Mesa de la Unidad Democrática (MUD), un antiguo diputado suplente de esta, Ricardo Sánchez, quien el martes emitió un comunicado explicando las razones de su decisión.

Al día siguiente se presentó en el canal Venezolana de Televisión, donde retiró su apoyo al candidato opositor Capriles Radonski y afirmó que la MUD “no es ninguna mesa de unidad democrática”.

Luego Sánchez añadió:  nosotros no somos los únicos que pensamos así, “el país pronto los conocerá.” La MUD “fue secuestrada por tres organizaciones”, entre ellas Primero Justicia y Voluntad Popular, “quienes fomentaron la confrontación en la que salieron heridos los estudiantes, “para ellos ganar protagonismo”.

Sánchez  recordó que cuando él formaba parte de las luchas estudiantiles, “ni Capriles ni Borges estaban tragando gas del bueno.” “No nos vamos a prestar para dañar a la juventud y les pedimos que no se dejen utilizar, y a Capriles que no lance a los estudiantes como carne de cañón”.

Quizás esto no represente el fin para el pelucón, aunque su nuevo retroceso tiene todas las características de una herida infecciosa de muy difícil curación.

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