«Cuba es una cajita de sorpresas…» pero sin San Francisco ( + VIDEO)

Más de una vez la afición cubana de la emblemática Peña deportiva del Parque Central rememoran la frase «Cuba era el número uno del Clásico Mundial de Béisbol, estamos de luto…». El sinsabor de la derrota frente a los holandeses revive un espíritu autocrítico sobre el desempeño de los antillanos en Asia.

Antes de iniciar la cita beisbolera, los menos eruditos aseveraban una sentencia de muerte pronosticada por Japón, sin embargo el cartel de invictos para la segunda ronda junto a los pronósticos del bateo recuperaron la ilusión de nuestros seguidores a través de las pantallas de casa.

El último choque perdido con los anaranjados de Holanda mostró a una batería de peloteros muy tensionados por el momento. Para colmo lanzamientos de pitchers novatos junto a los errores imperdonables del noveno innig en el guante y las piernas de Gourriel, catalizaron la no presencia de Cuba en el podio de la final.

Según el aficionado Ernesto Soto «no debieron utilizar a Vladimir García como abridor porque era mejor a modo de cerrador, considero que esa primera entrada le correspondía al veterano zurdo Norberto Gonzáles. Creo que esta equivocación nos costó un cierre de tres lanzadores sin experiencia en esos eventos internacionales».

Para Andrés Hernández, el director del equipo presionó a sus jugadores «es incorrecto que Víctor Mesa no dejara participar al receptor en sus conversaciones con el pitcher. Sin dudas las imposiciones del manager y su descontrol fue un factor negativo».

En contraposición a esta idea, Maykel González, otro de los seguidores, argumenta «que culpa tiene ahora Víctor Mesa, su carácter siempre ha sido de esa manera…, quienes perdieron fueron los peloteros. Es normal que a Norberto le dieran jonrón, eso está en el juego».

«Que culpa tiene Víctor de que Yuliesky falle con un roling de frente en el noveno innig, que Yuliesky no anote con el gil de José Miguel, que Yuliesky batee flay con un toque de bola y que no entre a tercera con el tiro de Frank Camilo. Ese partido se lamentó por un solo nombre Yuliesky Gourriel, embarcó al equipo», agregó González.

Lo cierto es que la escuadrilla beisbolera tenía posibilidades concretas de llegar a la final. Nuestra ofensiva demostró cohesión y fuerza en el bateo. La clase de empujadas dada a China Taipei, nos había reanimado…
Todavía hay quienes recuerdan la frase del narrador deportivo al vocear «estamos a cuatro outs de San Francisco». Por favor sin comentarios… Parece ser una ironía del destino, una mala pasada…

La espinita de los holandeses aún se siente en el rostro de los apostadores del todo por el todo a nuestros muchachos. Para algunos, ellos batallaron duro en el cuadrilátero, pero otros afirman «que les faltó dejar la piel en el terreno, siempre se puede un poquito más».

Mientras el dolor continúa en las calles. Debemos repensar las formas de preparación del equipo para la cuarta edición del clásico; pronto nos tocará a la puerta.

En el filme de Disney, Alicia en el país de las maravillas, el personaje de la Reina de corazones expresa que para estar en un mismo lugar debemos estar corriendo. Por eso, si queremos no reprocharnos nuevamente mañana, aseguremos la victoria ya en las preliminares.

Estudiar el béisbol profesional y de vez en cuando unos partiditos foráneos, no vendrían nada mal para el equipo de Cuba. Ya no son las mismas estrategias de hace años atrás, todo avanza, el tiempo corre.

Aspiramos a que se optimice el pitcheo, los toques de bola, las corridas de base, el batazo largo…
La afición cubana aventura una final entre Japón y Estados Unidos, quizás pueda ser República Dominicana…«Debe quedar en América».

Por lo pronto el béisbol profesional y los medios extranjeros saben del talento y el corazón de los cubanos. Nuestra actuación continuará siendo un misterio indescifrable, una cajita de sorpresas…