Chávez vive, ¡no ha muerto!

Recibí la noticia precisamente cuando el profesor nos presentaba la asignatura Historia de América. Curso que comienza por la raíz: las comunidades indígenas y profundiza especialmente en las gestas independentistas. Para entender los procesos de integración que hoy vivimos, hay que conocer las ideas de Miranda, de Sucre, de Martí, de Bolívar; comentábamos.

Fue entonces cuando alguien se detuvo en la puerta del aula: «Falleció Chávez», dijo. Un silencio sobrecogedor llenó al grupo. Nuestra primera reacción fue negar el hecho. « ¿Quién lo dijo? ¡Busquen en Internet! No, ni El País, ni La Nación son confiables, busca en Telesur». Era imposible creer que la vida de un gigante llegaba a su fin.

Pero la noticia fue confirmada. Tras una dura batalla contra el cáncer el mandatario venezolano falleció. Las lágrimas amenazaban con brotar de los ojos, los corazones se oprimieron. Para nosotros no era Hugo Chávez Frías, el Presidente de Venezuela, es Chávez, el hermano de Cuba, el amigo del pueblo, el revolucionario del 4 de Febrero.

Imposible entonces continuar con la clase. Una de las páginas más importantes de la historia del continente, por no decir la más trascendental, es la que actualmente escribimos.

Chávez se despide cuando el camino de la América Nuestra que defendió Martí se vislumbra claramente en el futuro. Él fue un artífice fundamental del ALBA, de UNASUR, de la CELAC, el mayor logro integracionista de todos los tiempos.

Hay hombres que luchan un día y son buenos, otros que luchan años y son mejores, pero hay hombre que luchan toda la vida y son imprescindibles. Ese era Chávez, el único presidente de Venezuela que ha enseñado a respetar a los pueblos latinoamericanos.

Camino a casa, una anciana me dijo «Oiga, murió Chávez». Comprendí que, como mis compañeros de clase, toda Cuba está acongojada por la noticia. Una seguridad acompaña al presidente Chávez en su descanso: ¡La América Latina está ahora más unida que nunca!

Con la voz quebrada y el dolor a flor de piel la senadora colombiana Piedad Córdoba; los presidentes Evo Morales y Rafael Correa; líderes de toda América Latina manifestaron su sufrimiento en sentidos mensajes de pésame. Los mandatarios de Argentina, Uruguay y Bolivia ya se encuentran en Venezuela, a ellos se unirán otros revolucionarios para despedirse de su hermano de lucha.

Mis condolencias son especialmente para Venezuela. El llanto rompió el silencio con que ese pueblo oraba por la recuperación de su líder al conocer la noticia en la voz del Vicepresidente Nicolás Maduro.

Ayer en la noche cada Plaza Bolívar del país cobijó a los venezolanos que allí se reunieron para compartir su dolor. Algunos le cantaban al presidente, otros oraban por su alma, muchos solo podían llorar.

« ¡Yo no soy yo, yo soy un pueblo, carajo!» Decía Chávez al mundo aquel 8 de diciembre, cuando anunció su viaje a Cuba para otra intervención. Entonces pidió a Venezuela mantenerse unida, rodilla en tierra; un pedido que reiterara en la tarde de ayer Nicolás Maduro.

Hoy el pueblo convierte su tristeza en valentía. El fallecimiento de su líder eterno es un duro golpe para sus corazones, pero junto a su dolor expresan que la Revolución Bolivariana es más fuerte que nunca. En catorce años de mandato Hugo Chávez le dio una voz al pueblo, eso es irreversible.

La marea roja vuelve a llenar las calles venezolanas. El pueblo acompaña el traslado de los restos mortales de su presidente hacia la Academia Militar, que él llamara la Casa de los Sueños Azules y donde será homenajeado este viernes.

Chávez se une a los próceres independentistas, quienes hicieron tanto por la Patria Grande que es nuestro continente; pero está presente en cada latido de los corazones latinoamericanos. Hugo Chávez se convirtió en millones. Vive, ¡no ha muerto!