Clásico Mundial: Bachata beisbolera en Fukuoka

La conocida pieza musical de Juan Luis Guerra, inspirada en esta ciudad, Bachata en Fukuoka, bien pudiera parodiarse en estos días por Bachata beisbolera en Fukuoka, sede del Grupo A del Tercer Clásico Mundial desde el dos de marzo.

Al estilo japonés, expresivos desde la amabilidad, la mayor ciudad de la isla de Kyushu vive días intensos de preparación para un evento que en las dos anteriores ediciones solo tuvo como sede la capital nipona.

A pesar del complicado idioma y la diferencia cultural, la comitiva cubana de prensa que arribó este martes al barrio Hakata-ku, pudo apreciar un amplio despliegue de publicidad alrededor del magno certamen, en tanto la televisión local anuncia la transmisión del partido entre Cuba y la formación local Fukuoka SoftBank Hawks, el venidero primero de marzo.

Excesiva limpieza, disciplina vial que incluye aceras anchas para bicicletas y peatones, calles solo para automóviles y construcciones modernas que buscan economizar el espacio son algunas de las primeras imágenes que da al visitante esta ciudad, considerada por muchos historiadores como el lugar de nacimiento de la civilización japonesa.

Para este jueves se espera el arribo a la sede de las tres selecciones visitantes que conforman el grupo, China, Brasil y Cuba –esta última juega su sexto partido preparatorio en Osaka este miércoles-, en tanto los anfitriones siguen su entrenamiento en la capital, Tokío, y el viernes deben arribar a Fukuoka, según lo divulgado por medios locales.

En la nómina oficial de los dobles monarcas del Clásico figuran seis peloteros del conjunto local, quienes tienen grandes despliegues publicitarios en spots televisivos, afiches, postales y gigantografías, en las que también es posible apreciar al cubano Alfredo Despaigne, uno de los más conocidos jugadores cubanos aquí.

Este miércoles comenzó la acreditación de los periodistas acreditados para el evento, entre ellos decenas de colegas brasileños y chinos, en tanto los anfitriones prometen superar el centenar, lo cual obligará a algunas restricciones o medidas especiales para los organizadores, envueltos en una verdadera bachata beisbolera.