Juan Moreira: “la creación es un misterio”

Juan Moreira: “la creación es un misterio”
Fecha de publicación: 
17 Marzo 2013
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Juan Moreira es un hombre conversador, extrovertido, posee una charla amena, hasta jocosa a veces y siempre interesante. Es pintor, no tiene dudas, ahora también poeta y la misma franqueza de sus textos y lienzos, la espontaneidad con que combina los versos y los colores, matizan el diálogo con este artista que muy temprano supo que lo era:

“A mí siempre, desde que chiquito, me gustaba dibujar. Recuerdo que me tiraba en el piso a dibujar y ahí me pasaba horas y horas. Una vez me regalaron una acuarela, pero sin pincel y entonces, mi mamá fue a casa de mis primos, que vivían cerca, a buscarme un pincelito, pero se demoraba tanto, que yo me corté un pedazo de pelo y con un lápiz e hilo lo amarré y empecé a trabajar la acuarela con eso, tendía siete años”.

Desde los once y hasta los veinte años de edad, Juan Moreira estuvo, primero como aprendiz, luego como rotulista y figurista en una empresa de vallas anunciadoras cercana a su casa natal del habanero barrio de Santos Suárez. Pero sus ojos estaban puestos en ejemplos grandes: Wifredo Lam y Pablo Picasso, de modo que en cuanto apareció la oportunidad la aprovechó:

Yo había dejado la escuela en quinto grado, porque quería trabajar en lo de las vallas, sí que cuando triunfó la Revolución y tuve la posibilidad de ingresar en San Alejandro, le dije a mi prima, que sí tenía billete e iba a una escuela buena,  escríbeme ahí en la máquina: “por la presente hacemos constar que el alumno Juan Moreira pasó el sexto grado satisfactoriamente”, copié la firma de la directora de la escuela de ella y le eché alcohol a un cuño, lo puse borroso con la plancha y eso es lo que está en la anexa San Alejandro, a la cual en esa época se entraba con sexto grado.

Pero yo dije, si me cogen el chivo ese tremenda pena, entonces me matriculé en una escuela nocturna y cogí el sexto grado, nunca se descubrió el chivo, pero tengo el sexto grado. Lo que pasa es que había un comunista viejo en Santo Suárez, Enrique Ubieta, que era un tipo muy culto, muy inteligente, que me daba libros para que leyera, así que leí a Walt Whitman, Tagore, Miguel Hernández, Antonio Machado, un extracto del Capital de Carlos Marx, entonces tengo un sexto grado, pero con cierta cultura…

Desde San Alejandro, comenzó el ímpetu de Juan Moreira por la pintura, de allí a la Isla de la Juventud y luego a Güines como profesor, pero siempre pintando, dibujando, sin descanso… la vocación inicial, la reafirma:

Obra de Moreira

 

“Pintaba desde niño y cada vez que salía en el periódico algún escrito de Picasso, de Lam, de cualquier pintor cubano, yo lo recortaba y lo guardaba, siempre tuve esa pasión, lo que yo quería hacer en mi vida era pintor… cuando se inauguró el taller de gráfica de la Catedral, yo fui uno de los pioneros ahí, e hice grabados, que los tengo guardados, pero iba allí y entonces los demás se ponían alrededor, a mirar, “ay mira, qué bien te está quedando, que si esto, que si lo otro, entonces ya eso me molestaba, para trabajar me gusta estar solo, concentrado, entonces lo que más he hecho es dibujar y pintar…”

Cursó estudios de diseño y reconoce su utilidad en tanto en alguna medida el dibujo tiene de diseño y realizó ilustraciones a pedido de autores como Onelio Jorge Cardoso y el periodista Carlos Quintela, pero recuerda con especial cariño una experiencia como ilustrador:

“Tuve el honor y la gloria de ilustrar el Don Quijote de la Mancha. Vivía en el solar de los intelectuales, en Mercaderes 2 y allí también vivía Villita, un amigo mío diseñador del Instituto del libro, ya fallecido. Villita me veía allí pintando, dibujando y me dijo un día: “Moreira, a mí me encargaron editar y diseñar el Don Quijote de la Mancha ¿por qué tú no ilustras?” Le dije: “oye Villita, si yo nunca me he leído el Don Quijote”, él me ofreció prestármelo para leer cuatro o cinco capítulos y hacer dos o tres dibujos para presentarlos en el Instituto, “yo sé que tú lo puedes hacer”, me dijo y así fue, me lo prestó, leí e hice dos ilustraciones, las presentó y aceptaron. Así fue que ilustré el Don Quijote, después la prensa decía que soy el primer cubano que ha ilustrado el Don Quijote, eso fue como en el año 1972…”

Sobre su proceso creativo comentó:

“Pienso que la pintura es primero dibujo y después color, yo puedo estar pintando y pueden venir a hablarme y yo sigo pintando, pero el estado ese de creación para mí está en el dibujo, es donde uno hace la composición, el diseño del cuadro que va a pintar, esto es lo que he hecho siempre y para dibujar sí tengo que estar solo, solo… después, cuando estoy pintando sí puedo hablar y continuar. A veces estoy acostado por la noche y se me ocurre un cuadro, una composición, un diseño, entonces me levanto y hago un boceto, en la mañana, a partir del boceto hago el dibujo perfecto y después pinto, ese es mi sistema, primero viene la idea que es el boceto, después el dibujo exacto y luego pinto…”

Obra de Moreira

 

Una vez terminadas las piezas ya las considera listas y rara vez regresa a ellas para corregirlas, en contadas ocasiones ha roto alguna por sentirse inconforme con el resultado y lo dice con arrepentimiento, pues para Moreira las obras son como hijos que no quisiera tener que dejar ir nunca.

“He pasado por varias etapas y de cada una tengo cuadros guardados. Hay cuadros ahí que no vendo, de la serie de la lucha del negro, tengo dibujos, pinturas, de la etapa de aprendizaje y búsqueda, como le llamo… no los vendo por el mayor dinero que me den, esos los quiero tener yo”.

Una primera etapa, definida por el propio artista como de aprendizaje y búsqueda, seguida del realismo mágico y luego lo erótico orgánico son los tres estilos que lo han llevado hasta su trabajo actual.

“Lo que estoy haciendo hace muchos años y creo que ya no voy a cambiar, porque no siento la necesidad de hacerlo, está inspirado en las raíces africanas o indigenistas, entonces dicen los críticos que si se parece a Lam, que si se parece a Picasso, bueno sí, yo tengo influencia de Lam y de Picasso. Alguien me dijo que las influencias están bien mientras sean de un gran maestro y  yo las he tenido, claro, porque ningún pintor nace de la nada, por generación espontánea, igual que ningún escritor, los escritores leen mucho y después escriben y asumen un estilo propio, igual que las revoluciones, la Revolución cubana es original, pero hubo otras que la influyeron…

Obra de Moreira

 

“A mí siempre me gustó mucho Lam. Cuando era niño, al lado de mi casa, allá en Santo Suárez, vivía un negro santero que se llamaba Ortega y daba toques de santo y yo me ponía a mirar por un muro. La cultura nuestra está formada de las raíces africanas y lo mío parte precisamente de eso. He leído mucho de leyendas africanas y también sobre los mayas, los aztecas… “

Quisimos saber lo que inspira a Juan Moreira y para quién pinta, cuál es su concepto de la creación…

Pienso que la creación es un misterio, por ejemplo, yo voy a hacer una virgen y ya domino una serie de códigos, pero todo me va fluyendo de forma natural…Mi trabajo actual también es muy erótico y pienso que es porque vivimos en un país muy erótico, ahora sales a la calle y ves las mujeres con la sayita cortica, que se menean para caminar… todo eso está en los genes de uno, sale naturalmente, se expresa en lo que uno hace…

Yo no pinto para la gente ni para el público, tampoco para mí. Pinto con una vida vivida, en Cuba, con mis experiencias, entonces, yo al pintar eso, estoy pintando para los demás sin proponérmelo y estoy pintando para mí sin darme cuenta, porque es lo que yo siento.

Cuando yo era muy jovencito, tendría 14 años, había un amigo mío del barrio en Santo Suárez que era muy culto, que estudió arquitectura y siempre me decía que Lam y Lam y me enseñaba los libros de Lam y yo decía: oye, este tipo no sabe pintar… y él me decía vete al Museo para que veas las obras originales, yo nunca había ido al Museo, entonces yo voy al Museo, y entro a la sala de Lam y veo un cuadro de Lam así grande que me golpeó, me dio un piñazo, pero cuando me acerqué vi la pintura chorreada y dije, este tipo no sabe pintar, pero cuando me volví a alejar y miré el mismo cuadro, otra vez me golpeó tenía una cosa misteriosa, una fuerza, entonces miraba todos los cuadros y decía “están pintados como quiera”, pero tenían una fuerza, un sentimiento, algo, que es lo que comunica la pintura, después conocí a Lam personalmente y estudié su obra y todo y lo considero un gran pintor…

Hace algún tiempo, Moreira incursiona en la poesía sobre cómo surgió esta nueva faceta creativa y la manera en que ha asumido también conversamos:

“He leído mucha poesía y hace como cinco años o seis estaba aquí, en la casa, compartiendo con unos amigos y de pronto, no sé por qué, se me ocurrió un poema y fui para el cuarto, cogí un papel y escribí un poema sobre Edgar Alan Poe, entonces, yo digo, por qué no lo escribí sobre Martí, Guillén, Félix Pita Rodríguez, pues no, fue sobre Alan Poe y después de eso, esporádicamente escribo poemas.

“Yo no puedo decir voy a hacer un poema sobre el día que está lluvioso o sobre el Che, y sentarme y escribirlo, no, tiene que ser cuando me viene, me paso dos y tres meses sin escribir nada y de pronto me surge la idea para escribir un poema y lo hago, Dulce María Loynaz decía: “la poesía llega, no se busca”, lo que yo he escrito, que son más de cincuenta poemas, me ha llegado, es un misterio, porque la vida está llena de misterios…

“Nunca de un cuadro he sacado un poema, ni de un poema he sacado un cuadro, para mí la pintura es una cosa y la poesía es otra, aunque las dos llevan implícito el misterio de la creación…”

Próximamente, planea retomar los testimonios de una interesante experiencia para perpetuarlos en forma de libro:

Obra de Moreira.

 

Cuando la primera escuela al campo que se hizo en Cuba, yo era el Secretario General de la Asociación de Jóvenes Rebeldes en San Alejandro y nos fuimos a la Sierra Maestra dos meses a recoger café, a vivir en un bohío en el medio del monte, entre las lomas, entonces mi amigo José Fowler y yo llevamos materiales y religiosamente salíamos los domingos y los sábados y dibujamos mucho, cuando regresamos hicimos una exposición con eso en la galería de Galeano.

Ahí tengo guardados el catálogo todos los dibujos y apuntes, fotos, quiero ver si la mamá de Fowler tiene guardados algunos de los de él para hacer un libro que se va a llamar Cartas, dibujos y apuntes desde la Sierra Maestra.

En cuanto a futuras muestras personales este es el plan:

“Lo erótico orgánico, que mucha gente no lo conoce, porque hace muchos años que lo hice, lo estoy retomando ahora y rehaciendo muchos cuadros, pero con mucho colorido porque quiero exponer eso… Ya no tengo casi ningún cuadro, pero sí conservo todas las placas, las cartulinas originales que hice. Dos generaciones después que yo no conocen eso…

Juan Moreira está lleno de ideas y de proyectos. Con un espíritu creativo, ávido, inquieto, prolijo, trabaja constantemente ¿Qué le falta por hacer?
Incluso lo empecé, pero no lo he concluido, quiero hacer una exposición con mi estilo actual sobre las vírgenes, tengo un poema también sobre las vírgenes y quiero pintar en relación, tengo algunos cuadros hechos y también varios bocetos…

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