Democratizar la gobernanza de Internet

Luego de tres jornadas de trabajo, los asistentes coincidieron al señalar en su Declaración que el bloqueo impuesto a Cuba por la mayor potencia mundial, además de económico, comercial y financiero, es también tecnológico, cultural y mediático. En ese sentido, acordaron de forma unánime respaldar los reclamos de la Isla frente a las restricciones para acceder a servicios informáticos y de Internet, que le imponen autoridades y empresas estadounidenses.

Intensificar el trabajo en las redes sociales para exigir el retorno a la patria de los cinco cubanos injustamente encarcelados en Estados Unidos fue consenso de la reunión, que también expresó su solidaridad con la Revolución Bolivariana y su presidente Hugo Chávez, frente a las campañas mediáticas e intentos desestabilizadores del enemigo.

Asimismo, el evento se pronunció por el apoyo y solidaridad con la Revolución ciudadana de Ecuador y el éxito del Presidente Rafael Correa en las venideras elecciones; a la vez que consignó su respaldo a la lucha del pueblo palestino y de todos aquellos que defienden su soberanía y autodeterminación.

Difundir un pensamiento descolonizador sobre el empleo de estas tecnologías y promover el uso de Internet sin la regulación del mercado, en beneficio de los pueblos, se inscribió entre los pronunciamientos generales de la reunión, que contó en su última sesión con la asistencia del ministro de relaciones exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla.

El canciller cubano respondió numerosas preguntas de los delegados, quienes apuntaron en estas interrogantes a temas medulares relacionadas con el tema del encuentro.

Opinión pública y redes sociales

Incidencia de los medios alternativos y las redes sociales en la opinión pública y la política internacional fue el último panel del encuentro, integrado por Aissa García, de TeleSur; y los activistas sociales españoles Paco Arnau, Javier Couso y César Pérez, todos conducidos por Iroel Sánchez, autor del blog La Pupila insomne.

Los videojuegos como portadores de mensajes nada lúdicros integrados a la ciberguerra cultural, fue uno de los tópicos abordados. A propósito, Javier Couso -hermano del camarógrafo José Couso, asesinado en Bagdad por tropas estadounidenses- sentenció que el asunto no es emprenderla contra la herramienta, porque los problemas no son de ella, sino de la realidad, de las personas.

Llamó la atención sobre los videojuegos de acción bélica, por los mensajes ideológicos de los que son portadores multiplicando credos imperiales. En ese sentido, hubo pronunciamientos para no dejar en manos enemigas la creación de esas poderosas herramientas del ocio.

Entre las tesis de mayor interés manejadas durante el panel figuró la necesidad de las izquierdas, y fuerzas progresistas en general, de crear sus propias agendas y no marchar a la zaga, siempre en la contrainformación. Fue ese el subrayado del embajador de Nicaragua en Cuba, Luis Cabrera, y también de la periodista y escritora Stella Calloni.

La argentina enfatizó: “Es clave que ya tomemos cartas en el asunto y empecemos a adelantarnos a los acontecimientos, porque estamos en una etapa de guerra de baja intensidad, donde los medios poderosos se unen”.

Desde otra arista, Raúl Capote, profesor cubano del Instituto Superior de Arte, recordó que el enfrentamiento es con un enemigo que nos combate desde la ciencia, aplicando en esta guerra cultural la ingeniería de consenso desde las nuevas tecnologías, y nuestro quehacer debe ser también apoyado en el saber científico.”