Che en Miami

La extrema derecha de origen cubano asentada en Miami volvió a gruñir, esta vez por la presencia de un gran retrato parecido al Che en un lujoso hotel de Miami.

Se nombra South Beach y la imagen es una derivación de la célebre foto del autor cubano Alberto Korda tomada en 1960, que pertenece a la colección privada de uno de los propietarios del hotel.

Según la prensa de Miami la pieza es una creación del artista británico Gavin Turk y “fue retirada apresuradamente” en horas de este martes, debido al malestar y rechazo de quienes llama exiliados cubanos.

Agregó que el asunto se difundió en correos electrónicos luego que el cubanoamericano Gus Expósito, residente en Davie, manifestó su inconformidad a la administración del hotel por el “gigantesco retrato”.

El Nuevo Herald dijo este miércoles que en el sur de la Florida la figura de Guevara está muy lejos de ser la icónica imagen de la plástica moderna y el mundo del marketing.

Uno de sus periodistas, Juan Carlos Chávez,  afirmó que en la comunidad local prevalece el recuerdo de un hombre “que ayudó a los hermanos Castro a la implantación del comunismo en la isla”.

Añadió que Che, al mismo tiempo, “ordenó ejecuciones sumarias para reforzar su política de cero tolerancia contra sus enemigos y opositores”.

De lo expresado por este Chávez (el pequeñíto para no confundirlo con otro), vale subrayar lo siguiente:

Su ignorancia le hace decir que Che ayudó a implantar “el comunismo” en la isla, frase acuñada por la maquinaria propagandística de Washington, cuando la isla aún perfecciona su modelo socialista.

Le achaca haber ordenado fuertes sanciones contra quienes llama sus enemigos y opositores, a quienes Chávez, el pequeñito, defiende sin mencionar sus numerosos y brutales crímenes y torturas.

Recuerda al gobierno de Estados Unidos cuando a principios de 1959 puso el grito en el cielo porque en La Habana se iniciaron juicios contra integrantes de cuerpos represivos de la tiranía pro-estadounidense de Fulgencio Batista que asesinaron y torturaron a miles de personas.

Mientras, el “gigantesco retrato”, como aseveró la prensa de Miami, situado hasta el martes en un lujoso hotel de South Beach, corroboró aún más la estatura moral de quien, como dijo el poeta Nicolás Guillen, no por callado eres silencio.