Textos que toman pulso al tiempo

Ha sido el ejercicio del criterio de Frank Padrón Nodarse (Pinar del Río, 1958) en tres décadas, la vida cultural de la nación en el ojo del crítico. Con la buena voluntad del tiempo, texto que acaba de poner en las librerías Ediciones Unión, nace de ese juicio de valor de su autor y como tal ha de verse.

Son cuartillas escritas para justipreciar el quehacer literario, la música, los audiovisuales y también la sociedad de estos decenios. El libro, al decir del crítico literario Guillermo Rodríguez Rivera, quien corrió con las palabras de presentación del volumen, muestra esa mirada all around de su autor hacia esas expresiones culturales.

Esta antología contiene artículos y ensayos, algunos de ellos inéditos, la mayor parte publicados en revistas especializadas, diarios y otros medios de prensa entre los años 1978 y 2008.

En esencia, en estas páginas podemos encontrar la visión de Padrón sobre el cine, ahora desde su posición de escritor, pues nos ha dejado sus acertados juicios cada miércoles en el popular espacio televisivo De Nuestra América, donde nos adentra en el Séptimo arte latinoamericano.

Con la buena voluntad del tiempo igualmente enfoca su tino hacia medios audiovisuales como la radio y la televisión. El autor además indaga, valora y dialoga con soltura sobre literatos imprescindible de la cultura nacional como Alejo Carpentier, Miguel Barnet, Eliseo Diego y Luis Rogelio Nogueras, entre otros.

Pero Frank pone al tanto a los lectores del quehacer trovadoresco, de la presencia de la mujer en el bolero y de figuras imprescindibles de la escena melódica nacional como Bola de Nieve, Silvio Rodríguez, Liuba María Hevia y Juan Formell y los Van Van, entre otros.  

Y cuando nos adentra en las interioridades de las puestas teatrales, nos dibuja la esencia de esa expresión con exponentes como teatro El Público y tantos otros grupos que han llenado de valía el medio.

 
Intenso se nos muestra cuando habla de la moda, de la diversidad sexual y de la estética de los tatuajes, para penetrar así en el arte de lo cotidiano, en las escenas de quienes protagonizan cada historia diaria: la gente.

El volumen también reúne fotos y un apéndice donde otros destacados intelectuales y artistas brindan su opinión sobre la obra literaria del autor.

Guillermo Rodríguez Rivera ha dicho que Frank no puede pedirle más a la buena voluntad del tiempo con este libro imprescindible. “Los lectores también deben agradecerle a él que disponen de un crítico que dispara –y hace diana- en todas direcciones”, dice Rodríguez Rivera y está en lo cierto.