Las Memorias de Daniel III: ¡Ahora sí hundimos a Castro!

Las Memorias de Daniel III: ¡Ahora sí hundimos a Castro!
Fecha de publicación: 
3 Octubre 2011
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Una tarde de julio del 2004 Kelly Keiderling conversaba conmigo en el patio de su residencia en 7ma y 42 en Miramar, La Habana, Cuba. La plática giraba en torno a la actitud de los artistas plásticos que visitaban su casa en ocasiones y a los que compraba obras de arte. Ella se quejaba de la inconsecuencia de esos creadores, que se tomaban su vino, comían y disfrutaban de buenas jornadas y luego nada. Gracias a la gestión, según ella, de funcionarios norteamericanos viajaban a los EEUU, exponían sus obras  allá y las comercializaban sin problemas de ningún tipo, sin embargo un buen día se los encontraba participando en una Tribuna Antiimperialista, convocada por el gobierno castrista.

Hablamos de la historia de fracasos que cosechaban los funcionarios estadounidenses en el intento de atraer a los creadores jóvenes cubanos a la esfera de influencia de la SINA, fue la primera vez que escuché sobre los planes que en el año 2000, diseñaron los norteamericanos para convertir a la 7ma  Bienal de la Habana, uno de los más importantes eventos de la plástica en el país, en un punto de giro, en el momento correcto en que se le crearía al gobierno cubano un serio problema.

Según narró Kelly, Lawrence Corbin ex funcionario de Prensa y Cultura de la SINA, le refirió en Washington, que un alto dirigente imperial, una vez escuchados los planes, pronunció eufórico un estentóreo ¡Ahora si hundimos a Castro! Seguido por el aplauso de la concurrencia, que asistía a una reunión a la que estaban convocados funcionarios de la SINA, connotados contrarrevolucionarios, oficiales CIA,  directivos de la USAID, de la NED, etc.

Pero ya habían pasado varios años y todo continuaba en un punto muerto, ella Kelly no era nada optimista al respecto, mujer inteligente y muy capaz, entendía perfectamente bien las condiciones de Cuba y consideraba que se necesitarían más de 10 años y una nueva generación de cubanos para acabar con la Revolución. Analizamos durante un buen rato la historia de los intentos anteriores con los plásticos, usando siempre como referencia la famosa 7ma Bienal.

¿Pero cual era la historia real? ¿Qué había sucedido? ¿Quién o qué provocó el fracaso de tan bien elaborado plan subversivo?

A finales de los 90 un grupo de jóvenes artistas plásticos crea un proyecto cultural para promocionar su obra y la de otros creadores. Las circunstancias del momento no permitían  a las instituciones culturales apoyar el trabajo de proyectos independientes, por lo que los artistas comenzaron a desarrollar sus planes sin ese necesario soporte.

Inmediatamente funcionarios de la SINA comienzan a mostrarse interesados en la idea y empieza un proceso de tanteo y aproximación. Se Inician las visitas al proyecto. El contacto directo con sus integrantes, las ayudas "desinteresadas".

El proyecto alternativo crea la Wed  Arte Cubano y el Centro Cultural Independiente con apoyo y financiamiento de los norteamericanos, a través de la USAID. El Centro Cultural propicia el uso por parte de los jóvenes creadores de una bien surtida biblioteca enriquecida con libros y revistas donados por la Sección de Intereses.  Douglas Barnes, funcionario de la SINA, que trabajó en países del antiguo campo socialista, propone convertir la sede del proyecto en un centro de acceso a Internet.  Las cosas le parecían ir viento en popa a los funcionarios de la SINA.

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En la foto Raúl Capote, Collera y Frank Carlos Vázquez (el agente Robin) rodeados por estudiantes cubanos

Uno de los jóvenes, es un promotor cultural de nombre Frank Carlos Vázquez, oriundo de Pinar del Río, licenciado en inglés y conocedor del arte cubano, a él se acercan con interés los yanquis. Lawrence Corbin, funcionario de la SINA vinculado a la CIA, contacta con Frank Carlos y le propone la tarea de aglutinar a jóvenes creadores con necesidad de promoción, para poder influenciar sobre su obra y sus ideas.

En el año 2000 Dagoberto Valdés, elemento contrarrevolucionario de larga trayectoria, organiza  una exposición de carteles políticos, con el patrocinio de funcionarios Checos y Polacos, inspirados en sucesos similares ocurridos en países de Europa del Este durante el auge de la contrarrevolución.

Frank Carlos es invitado a viajar a los EEUU, allí visita el Chicago Cultural Center. Tiene una gran agenda de trabajo que le permite contactar con destacados artistas, intelectuales, hombres de la política, empresarios, visita importantes centros de negocios, empresas, galerías de arte et. El objetivo es que conozca, que aprenda del modo de vida norteamericano y se convierta luego en una herramienta de cambio en Cuba.

Ya en Cuba, es visitado por el señor Corbin que dice  le va confiar una importante misión, servir de enlace entre los directivos de la 7ma Bienal de la Habana y ellos, ya que no tienen contactos con los organizadores del evento.

La 1ra Secretaria de la SINA Vicky Huddleston  organizó y orquestó un ambicioso plan. Convocar  a un gran número de los mejores galeristas norteamericanos. Más de 3000 personas viajan a Cuba  para participar en la Bienal. Visto solamente así parece excelente, cientos de los mejores galeristas estadounidense dándose cita en La Habana, artistas plásticos, críticos de arte, etc. Pero no es así, el objetivo no es promocionar la obra de los artistas plásticos cubanos, o si, pero no gratis, no por amor al arte, no por solidaridad, ni siquiera solo por negocios, esa ayuda que ofrecen de organizar exposiciones y ventas de arte cubano en EEUU, viene condicionada, "nosotros exponemos tu obra a cambio de que presentes en ella una realidad distorsionada de Cuba", "vamos a pagar bien todo lo que haga ver el lado peor del país en Revolución". Todo lo que mienta, todo lo que enlode, todo lo que engañe y ensucie.

No estaban buscando artistas, no querían promover artistas, querían promover traidores. El objetivo fundamental era crear un estado de opinión desfavorable en torno a la Revolución Cubana, fabricar un fenómeno cultural ficticio que hiciera creer al mundo que los artistas cubanos se oponían a la Revolución.

Generar un movimiento interno, que vinculara a los más destacados creadores jóvenes a la contrarrevolución tradicional, erigir un estado de opinión favorable a sus planes de guerra contra Cuba.

Vicky creía haber dado con el plan perfecto, muchos grandes cerebros de la subversión trabajaron en su elaboración, estaban listos para manipular a su favor la 7ma Bienal. Pero algo salió mal, de nuevo un brillante proyecto se queda en solo eso, un proyecto que no llega a ejecutarse, que no tiene éxito.

Kelly no podía  explicarse esa tarde en el patio de su residencia, como ese plan pudo fracasar y como sus intentos también terminaban en un rotundo fracaso, actúo como Sísifo llegó a decir, cuando creo que terminé, tengo que comenzar de nuevo. Es una cuesta pesada y costosa, ustedes los cubanos van a ir todos al cielo. No entendía muy bien las cosas, cómo a la mayoría de los estadounidenses que conocí en esos años, vinculados a los planes contra Cuba, se les hacía muy cuesta arriba descifrar el alma de la nación, esa fuerza que nos hacer ser, según expresión de ellos, dementes lúcidos.

Tampoco pude explicarme ese día la causa  del fracaso del plan, envuelto en la tarea que realicé esos años, sospechaba el motivo, pero no tenía la certeza, esta llegó en la primavera del 2011.

El joven promotor cultural, el hombre de confianza de la SINA Frank Carlos Vázquez, era en realidad un combatiente de los Órganos de la Seguridad del Estado Cubano, era el agente Robin. Una vez más el gobierno de los EEUU y sus servicios especiales habían subestimado la lealtad y el espíritu revolucionario de nuestro juventud.

Robin, el  promotor cultural pinareño, un hombre educado, culto, de una suavidad infinita en el trato con los demás, firme y valiente como pocos, había dado jaque al Imperio. Conocer su historia de sacrificios personales, de altruismo, su voluntad de vencer por encima de todos los obstáculos, su fidelidad a toda prueba constituye un gran ejemplo  de las virtudes que acompañan a nuestra revolucionaria  y muy lucida demencia.

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