Perdedores en Venezuela: Sus golpes al aire

Perdedores en Venezuela: Sus golpes al aire
Fecha de publicación: 
10 Octubre 2012
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Luego de la trascendental victoria de Hugo Chávez en las elecciones de Venezuela y el fracaso de Washington en estas, propagandistas de la Casa Blanca tratan de sacar del sombrero pretextos que tapen el sol con un dedo.

 

La primera impresión que recibo al leerlos es su desorden mental, su argumentación incoherente e incluso la pobreza de su conocido manejo de la intencionalidad, pero cabe justificarlos, el golpe ha sido muy fuerte para ellos.

 

Como era de esperar, una de las  primeras notas circuló este martes en el Nuevo Herald, un diario de Miami que se alineó sin antifaz junto al candidato opositor Henrique Capriles.

 

Su titulo: “Triunfo de Hugo Chávez es una mala noticia para la democracia”, idea que copió de lo dicho en esa misma página por Roberto Izurieta, director de proyectos latinoamericanos de la Escuela de Post Grado de Gerencia Política, de la Universidad George Washington.

 

El periódico agrega que los líderes sumados a la corriente política de Chávez continuarán planes enfrentados a serios cuestionamientos democráticos.

 

También como parte de su desesperación lanza un gruñido  contra la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, a quien considera la más beneficiada por lo sucedido cuando ella encara “desaciertos permanentes”.

 

El Herald no llega a decirlo, pero seguramente entre esos llamados desaciertos de Cristina incluya la defensa que hace Buenos Aires respecto a sus derechos soberanos sobre las Islas Malvinas frente al dominio colonial de Gran Bretaña.

 

Como es natural, ese rotativo de Miami no deja de disparar una ráfaga hacia La Habana, al decir que si Capriles hubiera ganado “se hubiesen caído muchos de los convenios que tienen con Cuba”.

 

Además echó mano a otro académico estadounidense, Luis Fleischman, profesor de Sociología y Ciencias Políticas del Wilkes Honor College de la Florida, quien mezcló ignorancia y mala intención al opinar que la victoria de Chávez significa la continuidad del respaldo de Caracas a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y otras guerrillas.

 

Baste remitirse a lo afirmado sobre esto último por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, para hacer trizas  lo dicho por el ilustre profesor Fleischman.

 

Este último va más allá y remitido a propaganda ultraderechista se atreve a manifestar –amplificado por El Nuevo Herald- que el triunfo de Chávez podría representar un factor perjudicial para las naciones que intentan combatir el narcotráfico, cuando existen acusaciones de que el negocio de las drogas está en manos de algunos jefes chavistas.

 

Fleischman podría ser invitado a conocer afirmaciones que ha hecho el presidente de México, Felipe Calderón, incluso en Estados Unidos, sobre unos 60 000 muertos y numerosos heridos  impuestos a su país por el trasiego de armas procedentes de la frontera Norte con destino a pandillas de narcotraficantes.

 

Hasta integrantes de la patrulla fronteriza estadounidense ya han caído abatidos por armas vendidas a delincuentes radicados en México.

 

Fue en tal escenario que ahora deambuló en Estados Unidos y otros lugares un artículo del escritor y periodista de origen cubano Carlos Alberto Montaner, radicado en Madrid, siempre cercano a la CIA y socio de sus colegas de la ultraderecha  asentada en Miami.

 

Todo un símbolo la forma en que siguió los resultados de las elecciones venezolanas. Lo explicó él mismo en la emisora televisiva CNN: “Me tocó pasar la jornada electoral en un popular restaurante de Miami”, junto a “dos lideres del exilio” y   representantes de la Mesa de Unidad Democrática, de Capriles.

 

Montaner añade que vio a muchos venezolanos que lloraban ante el triunfo del actual mandatario, porque encuestadores de la derecha les  habían convencido de que la oposición lo vencería.

 

El escritor admite en su artículo que “Chávez ha conectado con una parte sustancial de los venezolanos”, y en ese ambiente mucha gente lo percibe “como un fenómeno casi religioso”.

 

Montaner recuerda que las dos terceras partes de los votantes de esa nación pertenecen a lo que él denomina niveles sociales bajos, y ahí radica, según él, la cantera electoral del Presidente.

 

Al tratar de justificar su muy clara victoria, Montaner se atreve a  incluir entre las razones que Chávez “es el amo de la radio y la televisión”, cínicas palabras que insultan la inteligencia de quienes conocen la realidad de esa nación suramericana.

 

También como otra inequívoca prueba de su inmadurez y falta de tacto imparte normas de conducta a la oposición en aras de que avance y gane próximas elecciones.

 

Les orienta mantener algunas zonas de poder y su influencia hasta que puedan alcanzar importantes cargos nacionales, y a Capriles que continúe la cruzada por toda la geografía en apoyo a los candidatos afines.

 

¿Injerencia? No, solo supuestas  nobles y pacíficas sugerencias de un curioso demócrata unido ahora a quienes interpretan a su manera la enorme sacudida política que el domingo 7 de octubre   recorrió a Venezuela.

 

Y luego de eso vinieron, primero la calma, y después criaturas vencidas lanzando golpes al aire e incapaces de frenar   la apertura de un nuevo capítulo que, haciendo guiños, irrumpe en el futuro.      

 

 

 

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