La red halla el arte destruido

La red halla el arte destruido
Fecha de publicación: 
18 Septiembre 2012
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El arte nace con una vocación de perdurabilidad, con una pátina de sobrevivir al tiempo, a la que el hombre, con sus acciones, le imprime fecha de caducidad. La Tate Modern ha desarrollado una página web para ver lo que ya no se puede ver.

El cuadro, dibujo o escultura  que ha desaparecido en los diferentes altares de la destrucción: la guerra, el abandono, la pérdida accidental, el robo o el fuego cruzado que generan las ideas opuestas, que suele dejar un doloroso reguero de pérdidas. Un museo de objetos invisibles. Un espejo en el que contemplar un catálogo imposible a través de fotografías, recortes de periódicos o imágenes de libros.

El urinario de Duchamp

Galleryoflostart.com reúne un siglo de arte que ya no se puede contemplar ni disfrutar en ninguna pinacoteca o museo. Jennifer Mundy, la comisaria de este proyecto, ha rastreado los anales del arte moderno y contemporáneo para ofrecer una lista de piezas que a veces resultan sorprendentes, como «Fountain», de Marcel Duchamp, el urinario original que creó en 1917 y que permanece vivo en el subconsciente por copias posteriores.

En este recorrido se pueden admirar de nuevo las piezas escultóricas en papel que Georges Braque imaginó en 1914 y que han llegado hasta nuestros días a través de unas instantáneas. O la sorprendente y estremecedora «The Trench», el testimonio gráfico sobre las trincheras de la Primera Guerra Mundial que dejó Otto Dix. A veces, el destino es ingrato y egoísta, y apenas deja rescoldos. Es el caso de las esculturas que ejecutó Jacob Epstein para el edificio de la British Medical Association en 1908. Lo sorprendente es que hay casos muy recientes, como uno de Henry Moore de 2004. Su «Reclining Figure» fue robada en 2005. Hasta hoy.

Entre las obras desaparecidas destaca una de Joan Miró, «The reaper», que se expuso en el Pabellón de la República durante la Guerra Civil española. Un mural de unos cinco metros de longitud que se exhibió en 1937. O un cuadro de Frida Kahlo, «La mesa herida», fechado en 1940.

Si de algo puede congratularse esta exhibición virtual es de poder reunir una lista de artistas que casi resultaría imposible hoy en día. Aquí está Picabia, Malevich, Lucien Freud, Diego Rivera, Willem de Kooning o John Baldessari, entre otros.

Irak y Siria

Europa pagó un alto precio en vidas humanas (muchos artistas y escritores prometedores) durante la Primera y Segunda Guerra Mundial. Dos confrontaciones que supusieron la desaparición o destrucción de muchas obras de arte. La herida de Yugoslavia todavía permanece en la memoria por el bombardeo de la Biblioteca de Sarajevo, que se ha convertido en un icono de la destrucción cultural.

Durante las guerras de Irak, el patrimonio arqueológico fue saqueado. Desde los yacimientos hasta las vitrinas del museo de Bagdad. La guerra de Siria permite anticipar un resultado semejante: este país es uno de los que concentra mayor valor patrimonial de la zona. A los bombardeos hay que sumar el pillaje.

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