Manuel Dionisio Díaz, el otro dorado olímpico de la esgrima cubana

Manuel Dionisio Díaz, el otro dorado olímpico de la esgrima cubana
Fecha de publicación: 
29 Febrero 2020
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Cuando se habla de la esgrima cubana en Juegos Olímpicos, rápidamente viene a la mente la imponente figura de Ramón Fonst, quien ganó varios títulos en las ediciones de París-1900 y San Luis-1904, pero en esta última edición se le sumó Manuel Dionisio Díaz.

Era costumbre en la época presentarse a las competiciones por equipos conformados por amigos, aunque fueran de otro país, y así Fonst ganó algún cetro, pero Díaz, además de ser un entrañable amigo, era un compatriota, y además de acompañarlo en la competición colectiva, se impuso a nivel individual en sable.

Pese a que en su época se le reconoció como "El inolvidable amateur cubano", los años lo fueron dejando un poco en el olvido.

Nacido en La Habana, el 8 de abril de 1874, creció y se desarrolló en el seno de una familia con recursos económicos, lo cual le posibilitó conocer desde pequeño los secretos de la esgrima y recibir lecciones de los más afamados profesores, entre ellos Filiberto Fonst Branly, el padre de Ramón.

A diferencia de su amigo, Díaz permaneció en Cuba, lo cual quizás retardó el reconocimiento internacional que sí alcanzó Fonst en París. Por el contrario, Díaz era muy conocido en los escenarios estadounidenses, donde, además de cursar estudios de Ingeniería en la Universidad de Harvard (1894-1899), perteneció a la Asociación Atlética de Boston y al Club Atlético de Nueva York.

Fue campeón de espada de los Estados Unidos en 1899, titular en florete, espada y sable en Nueva Inglaterra en 1900, y también logró la medalla de oro en la espada durante el Campeonato Abierto de la Asociación Atlética de Boston ese último año.

En San Luis, la actuación de Manuel Dionisio Díaz fue impecable, ya que luego de conseguir triunfos relevantes en las eliminatorias y semifinales, en la discusión del título derrotó siete toques por seis al estadounidense William Grebe, considerado por entonces el mejor sablista del mundo.

Después de eso, dedicó más tiempo a la responsabilidad de catedrático en la Escuela de Ingeniería de la Universidad de la Habana, aunque intervino en la organización de encuentros bilaterales en los Estados Unidos y otros países europeos.

Junto al reconocido tirador Juanito Saaverio fundó en 1923 la Federación Amateur de Esgrima de Cuba y actuó como delegado del equipo nacional en los Juegos Centroamericanos de México-1926.

Cuatro años más tarde, pretendía tomar parte como delegado en los Juegos regionales de La Habana-1930, aquellos que ganó Fonst de manera impecable, pero meses antes falleció víctima de un infarto cardíaco, el 20 de febrero de 1929.

"La pérdida de Manuel deja a la esgrima cubana sin su principal organizador y animador competitivo", declaró a la prensa en su momento su amigo Ramón Fonst.

En medio de un año olímpico, vale la pena recordar a aquellos que iniciaron la senda victoriosa de Cuba en estas lides, que se hizo habitual luego de Tokio-1964.

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