El amor, los tiempos del «cólera»… la inmortalidad

El amor, los tiempos del «cólera»… la inmortalidad
Fecha de publicación: 
14 Febrero 2020
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Hoy es 14 de Febrero, para muchas personas en el planeta una fecha especial; para otros, apenas 24 horas de inflexión para seguir construyendo, luchando por aquello que consideran crucial, más allá de San Valentín, la Roma antigua, Cupidos aleteando y disparando flechas, la capacidad para dar amor…

Es un día de guerras, de mundo terrenal convulso, de odio empujando con fuerza.

Sencillamente es un día para que, si tiene un minuto, comparta esta reflexión conmigo, con CubaSí, con sus seres queridos, con los que padecen y sufren por temor a no poder ver otro 14 de Febrero. Sin más…

Umbral

Hay de amores eternos, febreros cortos, 14;
conquistas, detalles, roce,
el cielo y la tierra en un beso.
Todo un Edén y es por eso,
que lo hermoso se construye,
no importa si difícil fue
llegar a ese punto de partida,
que en un atardecer nadie intuye...
Lo cierto es que cada minuto cuenta,
y por él, millones de almas, sienten, laten, lloran, ríen, aman...
Y al final del sendero se ENCUENTRAN!!!!!

A mis escuderos

Cada paso que decidí intentar dar a tu lado,
Ha merecido el esfuerzo, diluvios y chocolates
Sucede que esta alma late,
sincronizada contigo.
El malecón y el salitre, bautismo de bendecidos.
Luego llegó marzo, y Enzo,
asomó acelerado.
Luz, motor, causa-efecto y razón...
Para zarpar a lo eterno.
No hay vuelta atrás ni miedos,
que no encaremos juntos,
Como irreductible eslabón,
fundido por el dios Vulcano,
por eso para tí Mi dicha,
¡Nunca alcanzarán los te AMO!!!!

Corazones: urgencia de un mundo mejor

El despertar para algunos
Es de flores, besos, pasión
Otros zozobran en lágrimas
Que un misil exacerbó.
El hambre late sedienta,
De la mano de las guerras,
El dólar cruel disparador
De un fusil que por preciso
Siente que esa mano firme,
Prefirió abrazar que causar dolor.
Realidad de millones sumisos,
Sin espacio para amar,
Epidemias, catástrofes… pesar,
Cruenta y voraz turbulencia,
Yo siempre preferiré apostar
Entre presidentes, cuerdos y demencia,
Por conjugar paz, sentir latidos,
Y no el eco impactante de profundos quejidos.

El paso certero, la vida

El bien no posee fechas
Horóscopo o calendario
Solo un andar legendario,
Entre historia de hombres y brechas.
Reparar almas deshechas
Es el arte de las madres.
No importa si febrero, diciembre 31 o 14,
sus almas siempre nos abren.
Cada minuto que pasa caminando de su mano
Es oxígeno puro y claro
De un sentir indetenible.
Comprenderlas, más que posible,
Es filosofía de vida.
Por eso, madre querida,
Beso tu mejilla y siento 
Que para profesarte amor
¡Siempre existirá el momento!

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