Copa del Rey: Rebelión de los de abajo

Copa del Rey: Rebelión de los de abajo
Fecha de publicación: 
7 Febrero 2020
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Todo comenzó el martes, cuando el modesto Granada eliminó al actual campeón de la justa, el Valencia, en un partido donde mostraron bastante dominio ante un rival aparentemente de mayor categoría.

El miércoles hubo sorpresón con la victoria del Mirandés, de segunda división, contra el Villarreal. Aquí también hubo clara preponderancia del más débil, que se ha convertido en matagigantes al despachar con anterioridad al Sevilla y al Celta de Vigo.

Y si todo pintaba así, el jueves puso la tapa al pomo con la eliminación de Real Madrid y Barcelona a manos de Real Sociedad y Athletic de Bilbao, respectivamente.

Los merengues llevaban 21 partidos invictos, la mayoría de ellos dejando su portería en cero, y les cayeron nada menos que cuatro goles. A esto se debe sumar uno anulado por fuera de juego, y otras dos oportunidades muy claras que falló en el primer tiempo el héroe del partido, el delantero sueco Aleksander Isak.

La defensa del Madrid hizo aguas y no estuvo esta vez Casemiro como salvador. Se ha demostrado que el brasileño es insustituible en la escuadra blanca, y de ahora a fin de temporada debe ausentarse solamente cuando tenga acumulación de tarjetas.

Por su parte, la Real mantuvo el juego vistoso mostrado hasta el momento y dominó durante casi todo el choque, salvo el empujón final de los capitalinos que los puso contra las cuerdas, pero supieron aguantar para llevarse merecidamente el pase a semifinales.

Todo quedaba listo para el último duelo de esta fase, donde el Barcelona tendría el camino bastante despejado de avanzar, pero una vez más fracasó. Es evidente que los problemas que viene arrastrando el conjunto culé desde hace meses no eran culpa solamente del entrenador Ernesto Valverde; en esa plantilla hay jugadores que no merecen salir al campo.

El resultado es anecdótico; en definitiva, pudo caer para cualquier bando porque hubo opciones para los dos, pero es flagrante la apatía que reina en el plantel, y si Messi no tiene una buena noche es casi imposible que el equipo gane. Aunque la última no fue la mejor muestra, esa defensa pide a gritos reemplazo, mientras en las oficinas parecen tener ojos solamente para la delantera.

Se dio entonces lo que se esperaba de cierta manera desde el principio, que con el nuevo formato aumentaran las sorpresas, con este modelo a partido único, y no creo que haya sido por dejadez de los grandes, porque pusieron casi todo lo que tenían.

La Copa tendrá nuevo campeón, bienvenido sea.

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