Matanzas: De Cenicienta a campeón, 29 años después (+ Video de celebración)

Matanzas: De Cenicienta a campeón, 29 años después (+ Video de celebración)
Fecha de publicación: 
18 Enero 2020
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Si alguien hubiese preguntado antes de comenzar la 59 Serie Nacional de Béisbol si matanzas emergería campeón, pocos hubiesen respondido que sí, máxime cuando en la temporada precedente fueron la Cenicienta del certamen, anclando en el lugar 16.

Pero los yumurinos hicieron valer su condición de uno de los equipos más sólidos de la última década en nuestros clásicos, con presencia en ocho postemporadas, invocaron a las novenas de Citricultores y Henequeneros, anteriores monarcas de esa provincia, y honrando la tradición de muchas estrellas se impusieron 4-2 a Camagüey en una final bien peleada, remake de la de 1991 cuando igualmente los yumurinos, entonces Henequeneros, se llevaron el gato al agua.

Un hecho inédito para la tropa de Armando Ferrer, pues  nunca antes un elenco que había sido último en el torneo, al año siguiente había sido capaz de lograr una recuperación tal que le permitiese ganar el campeonato. Tampoco ninguna armada se ha titulado con tres nomenclaturas diferentes.

Así, contuvieron  los de la Atenas de Cuba la furia de los Toros en sus predios del Cándido González, se aferraron a la bendición de Siles Junco, timonel de aquel Henequeneros rey, y festejaron un título que habían estado anhelando desde hace casi tres décadas, con pizarra conclusiva de 11-2 en el adiós.

El desafío

Guiándonos por los rendimientos precedentes y la calidad de los lanzadores disponibles para el duelo, muchos dimos en mejores condiciones de lograr la igualada a los agramontinos.

Pero se vestiría de gigante el diestro Noelvis Entenza, como en sus mejores tiempos con Cienfuegos, cuando solía entablar esos duelos campales frente a los avileños Yander Guevara o Vladimir García; o al villaclareño Freddy Asiel Álvarez…

Sellaría su tercera salida de calidad, con 6.1 innings de labor espaciando cuatro hits y permitiendo dos limpias, a ritmo de cinco ponches y tres boletos.

“Enfoque, mucho análisis de cada lanzamiento, de cada bateador de la tanda camagüeyana, y de cada error cometido por los lanzadores de nuestro staff. Ese análisis lo repetí en la mañana de hoy y salió el resultado”, sentenció el sureño natural de Palmira y que ha vestido además la casaca de industriales.

De calzar su performance y cerrar el duelo se encargaría un legionario de la otrora escuela de lanzadores de la antigua provincia La Habana: Jonder Martínez, brazo muy trabajador, pitcher ecuánime y de notorio recorrido tanto en nuestros certámenes como en el equipo Cuba.

Jonder se enfrentó a una decena de hombres y solo permitió dos inatrapables. Contradicciones de la vida y la pelota, pues justamente el pitcheo matancero devino medular en la obtención del cetro en el sexto partido.

Madero en ristre los comandados por Armando Ferres salieron delante gracias a su ofensiva de largo alcance. Haciendo honor a su condición de máximos jonroneros de la contienda, César Prieto y Erisbel Arruebarruena le concedieron la ventaja inicial a Entenza.

Una que nunca perderían, pues en el sexto se desató la ofensiva de los cocodrilos, con conexiones cruciales de Eduardo Blanco y Raico Santos.

Al igual que Blanco fletarían dos Yasiel Santoya y Javier Camero, para colocar el marcador 11-2 y sepultar la ligera esperanza de los locales, quienes en la baja del séptimo hicieron score en dos ocasiones, las únicas.

Lo que había sido el principal argumento de los camagüeyanos falló esta vez. No pudieron los brazos jóvenes y rápidos de yosimar Cousín y Yariel Rodríguez, quienes de conjunto soportaron siete de las 11, cargando con las otras cuatro el refuerzo Frank Luis Medina.

Tampoco los acompañó el control: propinaron nueve boletos, a razón de tres entre cada uno de los serpentineros mencionados, mientras que pese a tener muy pocas oportunidades madero en ristre, dejaron siete corredores en circulación, por una decena los monarcas, que en definitiva no se echaron a ver.

Factores X:

Hermético pitcheo de Entenza, su tercera faena loable de la postemporada, para coronar un oro esquivo con anterioridad en su ya larga carrera.

Ofensiva oportuna de largo alcance, y el indiscutible de la tranquilidad conectado por Blanco, resurgido en los últimos tres choques de la definición.

El descontrol de las principales cartas de triunfo agramontinas, y por consiguiente la brecha para que los yumurinos fabricaran anotaciones determinantes en el veredicto.

La imposibilidad del line up de Camagüey de descifrar los envíos de Entenza, ni siquiera sus piezas claves y bujías a lo largo de toda la postemporada: Alexander Ayala y Leslie Anderson.

Así, bajo esa perspectiva Matanzas ahogó el grito de Campeón, con una afición bien fiel, dosis elevada de sincretismo, agua, gallina amaestrada, pero sobre todas las cosas, con la entrega de cada uno de sus peloteros y la certera conducción de Armando Ferrer.

La pelota cubana tiene un nuevo monarca: Matanzas recibió el trono dejado por Las Tunas, y lo exhibirá durante los próximos 12 meses.

Camagüey fue un digno rival, un elenco estable durante toda la ruta y un equipo que demostró que cuenta con potencial para establecerse como potencia emergente de nuestra pelota.

Ahora, ¡que se desaten los festejos!

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