Final de la pelota cubana: Estampida de Toros en el Girón

Final de la pelota cubana: Estampida de Toros en el Girón
Fecha de publicación: 
16 Enero 2020
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Con un poco de todo eso, y una dosis extra de empuje, Camagüey embistió en una corrida a los anfitriones matanceros en el Victoria de Girón, duelo de vértigo definido 9-6, pero con la tensión al límite hasta el noveno inning.

De todo ha habido en la final de esta pelota. Bateo, pitcheo sólido, jonrones salvadores, errores costosos. Estrategias cuestionables, inconformidad con el trabajo arbitral, sobre todo detrás del plato, y hasta invocación a las creencias religiosas y supersticiones.

Con un poco de todo eso, y una dosis extra de empuje, Camagüey embistió en una corrida a los anfitriones matanceros en el Victoria de Girón, duelo de vértigo y que incluso pudo tener otro desenlace, pues los Cocodrilos llenaron las almohadillas en el final del noveno.

Entonces, nuevamente con nervios de acero y temple de consagrado, Yosimar Cousín metió el brazo para conseguir su primer rescate de la postemporada, sumado a par de sonrisas.

Lo cierto es que la tropa de Miguel Borroto, con algunas decisiones cuestionables como mandar a tocar la bola ganando por dos en el segundo inning, y el hecho de menospreciar tanto la loable faena del zurdo Yamichel Pérez la fecha previa, y un Victoria de Girón devenido manicomio, con presencia de 36 mil 862 espectadores, según referencia el sitio www.beisbolcubano.cusupo arreglárselas para mantenerse con vida, frenar la rebelión de sus rivales en las postrimerías del partido, y no solo eso, llegar de cara al sexto desafío en mejor condición para buscar una igualada en su guarida del Cándido González, sobre todo por tener listos y sin mucho desgaste al propio Cousín y a Yariel Rodríguez.

Contrario al panorama del bullpen yumurino, que estará imposibilitado de echar mano de sus tres ases, entiéndase Freddy, Yamichel y Yoanni Yera.

Tendrá que debatirse el mentor Armando Ferrer en enviar al box a Yosvani Torres o David Mena, con Jonder Martínez y el resto de la tropa, listos para intentar poner un parche ante el menor titubeo.

El juego

No pudo Freddy Asiel en esta oportunidad frenar a la tanda agramontina. El astro de Sierra Morena archivó su segundo revés de la postemporada, frente a igual número de sonrisas, y soportó castigo de cinco limpias y seis indiscutibles conjugados con par de boletos en apenas dos innings completos.

La tanda alta de los de la tierra de los tinajones pegó 9 de los 13 cohetes de su novena y produjo siete de las nueve anotaciones, con Leslie Anderson nuevamente como referente, autor de dos cañonazos, uno de ellos dobles, y propulsando tres para el home plate.

En su salvamento acudieron infructuosamente Naykel Cruz e Irandy Castro, quienes permitieron dos per cápita.
Así los agramontinos llegaron a poseer ventaja de nueve, hasta las postrimerías del séptimo, el llamado acto de la suerte, la cual fue invocada por los locales en esta ocasión hasta con una “gallina prieta” que asaltó la banda del jardín izquierdo.

Sabemos que Matanzas es una de las cunas de la religión Yoruba en Cuba, pero confieso que esta manifestación estuvo un poco fuera de lugar.

Se encargarían los turnos del primero al cuarto madero de los cocodrilos de devolverles la esperanza a sus parciales, con César Prieto y Gracial en resurrección remolcadora, dos a la cuenta de cada uno. Raico y el muy efectivo Camero se anotaron las restantes, con un cierre de vértigo en el noveno, pero en definitiva Cousín se las ingenió para dominar por enésima oportunidad a Arruebarruena, quien sufre una metamorfosis negativa respecto a su rendimiento de la temporada regular.
Imaginen que el líder jonronero (19) no tiene ninguna Mizuno más allá de las cercas y solo ha conectado tres indiscutibles y fletado dos en todo el play off. Este jueves se fue de 5-0, de hecho.

Factores X:

Otra salida de calidad para el diestro Lázaro Blanco, amén de haber permitido cuatro en seis actos, dos de ellas sucias derivadas de par de costosos errores en defensa.

La productividad de la columna vertebral del line up agramontino, capaz de cargar con el peso ofensivo de su novena y embestir a tres lanzadores yumurinos para darle tranquilidad a sus lanzadores durante siete episodios.

Ojo, la defensa sigue siendo el lado flaco de esta final. Suman 20 los errores cometidos en cinco choques, y muchos de ellos con repercusión negativa en la pizarra.

Este viernes será fecha de asueto y el sábado  se reanudarán las hostilidades en el Cándido, con la esperanza volcada al estadio y los agramontinos llamados a intentar una hazaña inédita en finales hasta nuestros días: remontar un 1-3 adverso.

Del otro lado Matanzas buscará invocar todos los espíritus de aquel Henequeneros campeón de 1991 y plagado de estrellas, pero siendo realistas y objetivos, al menos para el sexto duelo, la tienen un tanto fea. Esperemos por el terreno y su dictamen.

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