Ecos del Longina: un festival que crece

Desde el centro de Cuba, compartió sus canciones y, gracias otra vez a la colaboración de su colega Roly Berrío, también nos llegaron sus impresiones sobre el Festival de trovadores Longina.

¿Cuánto ha crecido en estos más de 20 años?

El evento ha tenido años de mayor convocatoria, pues depende también de aniversarios cerrados en los que se han realizado hasta dos fines de semana seguidos, y que realmente ha sido gigante. De manera internacional ha ido alcanzando un reconocimiento y han pasado figuras muy importantes de esta manifestación por nuestra ciudad gracias al Longina.

¿Qué distingue al Longina de otros eventos de este tipo? ¿Cuáles son sus esencias?

Creo que la dimensión que alcanza es insuperable para otros festivales, la participación masiva de un público conocedor de la canción de autor es amplia y no vista por mí en ningún otro festival de trova en Cuba.

El festival reúne a varias generaciones de trovadores, bajo el título de un tema antológico de la trova tradicional y la edición de este año está dedicada al Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC ¿Crees que los más jóvenes cultores de este movimiento conocen y se sienten deudores de esta tradición?

Ellos sienten el respeto y la admiración que se le tiene a esas canciones que pertenecen al pueblo, que aún teniendo un autor, ya no tienen dueño, y eso lo valoran desde su experiencia que va creciendo, así nos pasó a todos, y el evento siempre ayuda mucho a respetar las grandes canciones de todos los tiempos.

En cuanto a tu participación en el festival ¿Qué llevaste este año al Longina?

Ha sido siempre política  que nuestro público escuche la mayor cantidad de trovadores y canciones que nos visitan, siempre he abogado por eso, aunque se siente la necesidad de escuchar también nuestras canciones, con las que han sido felices en una etapa de su vida, pero por mi parte, generalmente hago pequeñas presentaciones junto a La Trovuntivitis.