Camagüey regresa a una final

Derrochando entrega por arrobas, los Toros de Camagüey barrieron a Industriales y regresaron a una final de la pelota cubana, casi tres décadas después de su última incursión, cuando cayeron por el cetro ante Henequeneros en la campaña 1990-1991.

Fueron sin discusión alguna el mejor equipo de esta semifinal, en la que llamativamente no partían como favoritos, luego de caer en nueve de los 12 desafíos de la etapa regular ante sus rivales de turno.

Sin embargo, cuando más importaba, fue cuando los agramontinos cometieron menos errores y explotaron al máximo cada situación de juego.

A diferencia de los dos encuentros anteriores, en el tercero predominó el pitcheo, con soberbias actuaciones de los abridores Yariel Rodríguez y Brayan Chi, que mantuvieron el pulso durante las primeras siete entradas.

Otra vez Anglada apeló a su mejor lanzador para cerrar el encuentro, pero quien más veces le salvó las castañas del fuego en la clasificatoria, de nuevo fracasó. En ese séptimo episodio los Leones apelaron demasiado a la recta, tanto Chi como Andy Rodríguez, y fueron castigados.

Otro costoso error de la defensa capitalina había abierto las esperanzas en el capítulo anterior; los Toros esperaron su momento y asestaron la cornada en el inning de la suerte, y luego apelaron a la maestría de Lázaro Blanco para rematar desde la lomita. El granmense demostró que sus malas presentaciones previas ante los Azules no eran la regla, sino la excepción, y exhibió toda su calidad.

La tropa de Miguel Borroto ahora espera por su contrario, pero esto pudiera tardar un poco, pues la otra semifinal va dos triunfos por uno a favor de Matanzas, y se ha visto mucho más pareja.

Este martes se dio otro duelo de pitcheo, y los Cocodrilos se aferraron una vez más al brazo de Yamichel Pérez para preservar el triunfo, que los coloca a un solo paso de avanzar a la discusión de la corona.

También vinieron de atrás los yumurinos para imponerse estrechamente, y buscarán rematar en el cuarto partido, para no llegar a un quinto que casi siempre resulta veleidoso.

Por el bando rival, Pablo Civil echará mano a su mejor serpentinero, Carlos Juan Viera, para seguir contando con esperanzas de retener el cetro más codiciado del deporte cubano.

Desde sus cuartones los Toros esperan por rival.