Latas en desuso en Nueva York, negocio para los pobres

Latas en desuso en Nueva York, negocio para los pobres
Fecha de publicación: 
27 Diciembre 2019
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Un negocio en las sombras que recientemente registró un verdadero boom, desencadenando litigios, peleas y guerra de precios, es el de aquellos que se mueven por los barrios más ricos de Nueva York recogiendo latas, frascos y botellas plásticas en desuso para poder llegar a fin de mes.

Y ahora la situación podría ulteriormente exacerbarse si es aprobada la norma impulsada por el gobernador, Andrew Cuomo, que apunta a ampliar el depósito a las botellas de vino y licores.

Según estimaciones locales son entre 4.000 y 8.000 las personas que viven en Nueva York gracias a las latas y las botellas plásticas (por cada una tienen una ganancia de 5 centavos de dólar).

Se trata de un número elevado, índice de la creciente disparidad en la ciudad y del aumento de las personas con dificultades financieras.

Creado en 1982 para alentar la recolección diferenciada, el sistema en vigor en la Gran Manzana en el que el distribuidor de bebidas impone una comisión de 5 centavos al negocio que, a su vez, lo carga al consumidor.

Si la lata vacía es devuelta al negocio el consumidor obtiene a cambio los 5 centavos que depositó, y el comerciante puede revenderla al distribuidor en un modo que sea reciclada y obtener así 3,5 centavos de dólar.

En el caso en el que la lata sea abandonada por el consumidor, la ciudad de Nueva York entra en acción: la lata es recogida y entregada a la sociedad encargada de eliminar los residuos.

Para deshacerse de los productos reciclables la ciudad paga una comisión que depende de un "mix" de productos: para más latas y botellas de plástico y frascos existe un precio más conveniente para Nueva York.

Por ello las autoridades invitaron a los residentes a donar los residuos a la ciudad, aún comprendiendo el porqué no muchos lo hacen.

La norma por la que Cuomo presiona para permitir a quien recoge latas, botellas y frascos ganar un poco más, pero la ciudad se opone pues ello se traduciría en un aumento de las tarifas por parte de la empresa que se ocupa de la eliminación de los residuos.

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