Otro líder social asesinado en Colombia

Según las autoridades, hombres en motocicleta habrían llegado al barrio Los Pinos, perteneciente al municipio Pitalito, en el departamento de Huila (sur) y le dispararon.

Carrillo pertenecía al comité de paz de la organización y trabajaba en temas agrícolas de la región, reportaron medios locales de prensa. El hecho se conoce a pocas horas de divulgarse el asesinato se la lideresa social Lucy Villarreal en la comunidad de Llorente, perteneciente al municipio Tumaco, en el departamento de Nariño (suroeste).

El Proceso Social de Garantías para la labor de los defensores de derechos humanos denunció lo sucedido y precisó que Villarreal se dedicaba a la promoción de la cultura en su territorio y a la defensa de derechos humanos.

Los hechos se habrían registrado cuando la lideresa terminaba de impartir un taller a menores de edad, reportó el medio local Contagio Radio.

La comunidad de Llorente hizo un llamado a las autoridades para que se esclarezcan los motivos tras el homicidio y se realicen las capturas pertinentes.

El asesinato tiene lugar después de más de un mes de protestas antigubernamentales, contra la violencia y por la paz en el país.

Entretanto, siguen sin arrojar resultados las reuniones entre el gobierno y el Comité de Paro.

En el pliego de peticiones que entregó a la Presidencia de la República, el Comité solicitó que el gobierno aborde con el movimiento ciudadano Defendamos la Paz el proceso de cumplimiento e implementación del Acuerdo de Paz firmado en 2016 entre el Estado y la exguerrilla FARC-EP.

Cada mes, semana y, prácticamente, cada día de este año, la violencia fue una constante en la realidad colombiana.

Amenazas, atentados, secuestros y asesinatos se repitieron, teniendo entre sus víctimas frecuentes a miembros de las comunidades indígenas, líderes sociales y exguerrilleros.

Todo ello sucede a tres años de la firma del Acuerdo y a 16 meses de la llegada de Iván Duque a la Casa de Nariño (sede la Presidencia).

Diferentes voces coinciden en que cientos de líderes sociales, indígenas y exguerrilleros han sido asesinados desde la firma del Acuerdo, al tiempo que aumentan los llamados a su implementación integral en aras de concretar una paz con justicia social, estable y duradera.