CRÓNICAS BIEN CORTAS: Los juegos no tienen sexo

CRÓNICAS BIEN CORTAS: Los juegos no tienen sexo
Fecha de publicación: 
26 Noviembre 2019
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¿Cómo lo logró? Un poco imponiéndose a base de talento, un poco por el apoyo del profe que, si ellas quisieran, les enseñaría ese deporte a todas las niñas, y un poco, también, porque en el mismo patio encontró pequeños y enérgicos abogados de oficio:

—Claro que se lo dijimos a los demás, mamá, el fútbol femenino existe, pero además, los juegos no tienen sexo, ella es buenísima y eso es lo que importa —argumenta Javi, y me cuenta que la niña futbolista del aula pasó de ser un suceso a convertirse en algo común—: ya nadie quiere jugar sin ella. Si un día soy profesional, la pondría en mi equipo.

—Muy bien —lo estimula la hermana—, buena idea, y que sea con el mismo salario, no como en algunos países en los que las mujeres futbolistas han protestado porque les pagan menos que a los hombres.

Así es, Ana Lía tiene derecho a jugar fútbol. Las niñas y los niños tienen derecho a jugar y a soñar y vivir sin andar todo el tiempo en dos filas, sin esas marcas tempranas y sutiles que inoculan discriminación y violencia.

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