DE LAS REDES: Sambo merecía una mejor vida

La noticia de la muerte de Sambo, una elefanta que tenía entre 40 y 45 años de edad, se hizo viral recientemente, cuando un usuario de Facebook la publicó y luego deshabilitó su cuenta.

El triste suceso ocurrió mientras el animal transportaba en su lomo a dos turistas hacia un templo en Angkor Watt, en la región de Angkora, Camboya, donde llevaba alrededor de 15 años siendo utilizada para esta «atracción turística».
 
Según se conoció, Sambo llevaba más de 40 minutos bajo temperaturas que rebasaban los 40 grados centígrados.

El médico veterinario validó que la muerte se produjo por las altas temperaturas, y precisó que si hubiera habido vientos, estos le hubieran ayudado a enfriarse.

La historia de esta elefanta es una más entre tantas otras que se cometen a cada instante en diferentes lugares del planeta y que parecen no encontrar fin por la falta de humanidad de los seres humanos (valga la redundancia).  

Jack Highwood, del santuario de elefantes Elephant Project Valley, a propósito del suceso, declaró lo siguiente: «Si Camboya va a utilizar a los elefantes para trabajar, necesitan establecer leyes al respecto. No hay excusa para matar elefantes de cansancio».

Este país asiático posee la concentración más grande de paquidermos cautivos del mundo, los cuales se emplean desmedidamente para la «complacencia» de los turistas, sin tener en cuenta que resulta cruel que transporten grandes pesos.

Camboya es uno de los principales países dedicados al tráfico ilegal de animales, en especial de animales en peligro de extinción.

Años y años soportando grandes pesos y circunstancias de todo tipo. La protección y el cuidado de los animales es un tema esencial en cualquier parte del planeta.


¡De todas, todas, me llevo una foto!, aunque para ello se le arranque un colmillo al elefante. Muchos turistas solo piensan en la imagen, en el recuerdo, sin importarles el sufrimiento que les causan a los animales por conductas como esta.