Cuando la realeza se inclina ante la maestría del arte

Con más de 49 mil piezas, el Museo Nacional de Bellas Artes de la nación caribeña posee una extensa colección de obras europeas donde la más representativa es la española, pero un original de Francisco de Goya siempre fue más un sueño que una realidad, hasta este jueves.

Los astros se alinearon y Cuba devino escenario de primeras veces, con el aniversario 500 de La Habana, la visita de sus majestades don Felipe y doña Letizia, así como el préstamo del Museo del Prado del Autorretrato, en un contexto marcado por el bicentenario de esa institución.

Casi con prisa por la apretada agenda que cumplen los monarcas en la isla, subieron las escaleras del inmueble de estilo ecléctico hasta llegar a la sala transitoria, allí al final, con marco dorado, dimensiones de 43x35 cm y una luz tenue, para no dañar el lienzo que data de 1815, destaca la magna pieza que estará en exhibición hasta el 15 de diciembre.

El autorretrato del artista aragonés, ha cruzado el océano en varias oportunidades, la más reciente para ser incluido en una exposición en Estados Unidos y en los últimos 20 años ha estado en más de una decena de exposiciones en este continente.

La pintura es cronológicamente el segundo autorretrato que realiza Goya y que conserva el Museo del Prado, en él se muestra al artista de medio cuerpo con una bata de terciopelo rojo oscuro, similar a las usadas por pintores en varias piezas de fines del siglo XVIII y principios del XIX.

Previo a esta muestra, ya en 2016, el Prado presentó en La Habana una selección al aire libre de reproducciones fotográficas de más de cincuenta obras de su colección, entre las que se incluían Las Meninas, de Velázquez; El tres de mayo, de Goya; El caballero de la mano en el pecho, del Greco, y El Jardín de las Delicias, del Bosco.